Papa Francisco: «El hambre no es una enfermedad incurable»
El Sumo Pontífice convocó a superar "los conflictos y los cambios climáticos" para alcanzar la "seguridad alimentaria". Lo dijo al visitar la sede en Roma de la oficina de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
- Info general
- Oct 16, 2017
El papa Francisco afirmó hoy que «el hambre no es una enfermedad incurable» y convocó a superar «los conflictos y los cambios climáticos» para alcanzar la «seguridad alimentaria», al visitar la sede en Roma de la oficina de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
«Está claro que las guerras y los cambios climáticos ocasionan el hambre, evitemos pues el presentarla como una enfermedad incurable», advirtió el pontífice argentino al hablar ante el plenario de la FAO, en ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación.
En ese marco, Jorge Bergoglio sostuvo que «también las muertes a causa del hambre o el abandono de la propia tierra son una noticia habitual, con el peligro de provocar indiferencia».
El Papa, que expuso ante un auditorio compuesto por diplomáticos y políticos como la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, previamente inauguró una estatua que donó al organismo internacional en recuerdo de Aylan, el pequeño sirio ahogado al tratar de llegar a Europa en 2015.
Allí, Francisco planteó además: «Las recientes previsiones formuladas por vuestros expertos contemplan un aumento de la producción global de cereales, hasta niveles que permiten dar mayor consistencia a las reservas mundiales».
No obstante, planteó que «los recursos alimentarios están frecuentemente expuestos a la especulación, que los mide solamente en función del beneficio económico de los grandes productores o en relación a las estimaciones de consumo, y no a las reales exigencias de las personas».
«De esta manera, se favorecen los conflictos y el despilfarro, y aumenta el número de los últimos de la tierra que buscan un futuro lejos de sus territorios de origen», lamentó Francisco.
En la misma línea, el obispo de Roma dijo que «estos nuevos logros no consiguen eliminar la exclusión de gran parte de la población mundial».
También, Bergoglio advirtió sobre aquellos que «carecen de trabajo o de los bienes básicos y se ven obligados a dejar su tierra, exponiéndose a muchas y terribles formas de explotación».
Convocó, por eso, a «valorizar la tecnología al servicio del desarrollo», porque «es ciertamente un camino a recorrer, a condición de que se lleguen a concretar acciones eficaces para disminuir el número de los que pasan hambre o para controlar el fenómeno de las migraciones forzosas».
¿Somos igualmente conscientes de los efectos de la pobreza y de la exclusión? ¿Cómo detener a personas dispuestas a arriesgarlo todo, a generaciones enteras que pueden desaparecer porque carecen del pan cotidiano, o son víctimas de la violencia o de los cambios climáticos?», se preguntó, antes de pedir la eliminación de la «funesta plaga del tráfico de armas».
Asimismo, el pontífice consideró una «desgracia» que algunos países «se estén alejando» de los acuerdos firmados en París en 2015 contra el cambio climático, del que se ven «sus consecuencias todos los días», en una alusión a la decisión de Estados Unidos de abandonar el acuerdo multilateral.
Sobre el problema de las migraciones, Francisco apuntó que «el yugo de la miseria generado por los desplazamientos muchas veces trágicos de los emigrantes puede ser eliminado mediante una prevención consistente en proyectos de desarrollo que creen trabajo y capacidad de respuesta a las crisis medioambientales».