MARTES, 26 DE NOV

El principio del fin de Claudio «Pájaro» Cantero y la furia de Lorena Verdún

Un tramo del testimonio de Raúl Tirrito Saccone, jefe de la BOJ, concentrado en deslindarse de toda responsabilidad por la cuestionada investigación, desembocó en la expulsión de la ex pareja del "Pájaro" de la Sala de Audiencias. 

Por Florencia Vizzi

Muchas son las historias que se entretejen tras los interminables cuerpos de la causa 913/12. Y esas historias resurgen a través de los relatos que los testigos ponen sobre el tapete, detonan en la sala de audiencias y, en muchos casos, repercuten sobre algunos de los presentes. Esa podría ser la probable explicación del estallido de Lorena Verdún, ex pareja de Claudio Cantero y madre de algunos de sus hijos, que no pudo contener su ira cuando el comisario Raúl Tirrito Saccone refirió, en su testimonio, a un allanamiento realizado en el domicilio del «Pájaro» poco antes de su muerte. Ese sería el principio del fin, como definió su abogado, Carlos Varela, «el inicio del plan letal en su contra».

«Todo es posible»

¿Es posible que le hayan mentido alguna vez?, preguntó el defensor Gabriel Navas. «Eso no lo sé», respondió el testigo. «O sea que, si no lo sabe ¿es posible?» «Todo es posible», afirmó el testigo.

El testigo es Raúl Tirrito Saccone, quien era jefe de la Brigada Operativa Judicial (BOJ) en el año 2013 y fue convocado a ese puesto por el titular de la División Judiciales, Cristian Romero. Siguiendo el mismo camino que su superior,  durante su testimonio Saccone se deslindó de la responsabilidad por «las tareas de calle» y de la veracidad de la información y datos producidos en las mismas por los integrantes de la Brigada.

Luego de repetir lo mismo que los otros integrantes de la BOJ que ya se sentaron en el sillón de los testigos, es decir, que la Brigada fue creada para investigar la gran cantidad de delitos que se sucedían en Rosario, «delitos de gravedad en los que intervenían bandas organizadas y también la violencia organizada, por ejemplo barras bravas y muertes con características de sicariato, Saccone detalló los alcances de su función en dicha Brigada.

«Mi función era organizar el trabajo, Quevertoque se encargaba del trabajo de calle y de la recolección de información y Lotitto (Ariel) era el coordinador. La información la centralizaba él, para establecer un orden y ver qué medidas tenía que tomar el juez. Había mucha información, entonces había que chequearla y constatarla, todo lo que traían de distinto lados, se procesaba y luego se armaba el informe de inteligencia que se enviaba al juez para que determine las medidas a seguir. Mi tarea era de control, controlar toda la información de calle y dar información al juez.  También organizar las formas para hacer los allanamientos y conseguir los elementos que faltaban para trabajar en las escenas del hecho». Coordinación y control formal. Con este detalle Saccone volvió a señalar a los subalternos por la información recabada, con la cual se pedían las medidas que el juez Juan Carlos Vienna ordenaba,  y con la cual se construyó  la tan cuestionada  causa.

Es importante resaltar que, luego del homicidio de Martín Paz, Saccone advirtió la cuestión de la competencia, otro de los puntos que ataca la defensa cuando apunta contra la causa. El comisario, y también abogado, relató que investigaban ese crimen de características «impactantes», un «homicidio por una deuda de dinero ejecutado por sicarios». Sin embargo, Raúl Tirrito Saccone elevó un informe elaborado por el subcomisario Luis Quevertoque el 24 de abril de 2013 en el cual se sostiene que Martín «Fantasma» Paz era narcotraficante, por lo cual la causa debía ser investigada en la Justicia Federal. 

Fue entonces cuando Navas intervino en el interrogatorio e hizo hincapié en ese punto, al preguntar quién era el responsable de chequear la información brindada por los «dateros», como definieron a los informantes. Raúl Tirrito Saccone volvió a desentenderse, manifestó no tener acceso a los dateros que proporcionaban la información para los informes de inteligencia, a quienes sólo accedían sus subalternos, y negó la responsabilidad de conseguir información y de chequearla. «Eso lo hace la persona que recolecta esa información», afirmó

De igual forma volvió a señalar a Ariel Lotitto, quien todavía no prestó testimonio, como el responsable de «interpretar» las escuchas. «El intérprete era Lotitto, porque tenía experiencia en drogas peligrosas y conocía el lenguaje de la calle».

La tabla de planchar

Uno de los quiebres producidos en la audiencia de este martes fue el momento en que Lorena Verdún,  perdió los estribos y, fiel a su estilo increpó en reiteradas oportunidades a Raúl Tirrito Saccone. Lo acusó de «delincuente y asesino», entre otros epítetos que profirió antes de ser expulsada de la sala de audiencias por el presidente del Tribunal, Ismael Manfrín.

En medio del interrogatorio que realizaban las defensas, el comisario y abogado Saccone reconoció haber ordenado un allanamiento en el domicilio de calle Regimiento 11, entonces domicilio de Claudio «Pájaro» Cantero. Dicho procedimiento se realizó en el marco de la investigación de un «simple robo calificado», «ochenta y cien mil pesos» a un empleado de la usina Sorrento, el 22 de abril de 2013.

Al recordar el episodio, para lo que necesitó la ayuda de los archivos, Saccone detalló el procedimiento y relató que habían secuestrado una moto y otros elementos que no tenía presente. «La tabla de planchar», se escuchó del otro lado de la sala. La dueña de la voz era Lorena Verdún, que completó la frase, «Se llevaron hasta la tabla de planchar».

Manfrín realizó el primer llamado de atención a la mujer, también imputada, y Saccone continuó con el relato e hizo referencia a Verdún, a quien supuestamente también habrían allanado. Fue en respuesta a la  defensora Romina Bedetti, quien le preguntó si su defendida figuraba en la investigación. Saccone dijo que era posible y refirió un supuesto allanamiento. Ese fue el momento en que la furia de Lorena detonó e increpó duramente al testigo, «A mi no me secuestraron nada, ni siquiera me allanaron. Sinvergüenza, viejo rastrero, te robaste las zapatillas y la tabla de planchar. Se llevaron las cosas de paint ball, escupió con furia. Venimos a debatir y no me dejan hablar». «Después los mandaron a matar, asesino hijo de puta», continuó la perorata.

En ese momento, Ismael Manfrín ordenó a las fuerzas de seguridad que escoltaran a la mujer «con cuidado» fuera de la sala, pero antes de ser expulsada, Lorena Verdún se hizo escuchar nuevamente: «Decí cuanta plata te pagó Luis Paz».

El episodio es conocido y derivó en un enfrentamiento abierto  entre Claudio Cantero y la División Judiciales. Luego del allanamiento, Cantero denunció públicamente que le habían robado hasta la ropa y no cejó en su empeño hasta que el juez Dónnola firmara la orden para su devolución, luego de varios días de golpear puertas y ventanas en los pasillos de Tribunales.

El allanamiento fue el 10 de mayo de 2013. Dos semanas después, el «Pajaro» fue asesinado en la puerta del boliche Infinity, un final que su intuición ya le había anunciado y que él mismo anticipó a su entorno más cercano.

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