JUEVES, 07 DE NOV

Skinhead: cuando el fascismo se apoderó del movimiento

La médula del movimiento de los cabezas rapadas, no tenía vinculación alguna con la violencia. El crecimiento de la extrema derecha en Europa los convirtió en un grupo adepto a las ideas fascistas.

Por Alejandro Maidana

Los Skinhead aparecieron por primera vez en Inglaterra a finales de los años 60. Pantalones vaqueros y botas militares, conformarían la identidad de los mismos. Habían evolucionado de los Mods, aficionados de la música negra, ropa fina y scooters personalizados.

Las peleas entre los Mods y Rockers eran habituales y causaban serios daños en las playas de Brighton. Los “Hard Mods”, surgen entre lo integrantes más duros de los Mods, de ahí en adelante comenzaron a usar ropa apropiada para el combate. Allí tendrían su origen las primeras bandas de “cabezas rapadas”.

 

 

 

 

 

 

Para 1969 las gradas estaban repletas de Skinhead, un producto puro de la clase obrera que odiaba a todos los otros grupos, en especial a los hippies por considerarlos niños mimados. Fascinados por los “Rudeboys” de Jamaica, los Skinhead originales escuchaban Ska y el Rocksteady.

La historia del movimiento fue mutando rápidamente, los cabezas rapadas más provocadores y violentos, se convertirían en una amenaza según los medios de comunicación masivos. La mayoría de los integrantes ya en edad adulta, abandonarían este estilo de vida que iría desapareciendo a principios de los 70.

La explosión del Punk

El movimiento se reactivaría con la aparición del Punk Rock. Las peleas originadas por bandas radicalizadas como Sham 69, Scaughter & The Dogs o Angelic Upstar, sin duda alguna escribirían la banda sonora de esta generación. Éstas crearon su propio sonido: La música Oi, referenciando al “Hey you”, una jerga para iniciar peleas.

En Francia, los cabezas rapadas aparecerían en torno a la “Fontaine des Innocents”, en el distrito “Les Halles” alrededor de 1978 en París. Ese sería el momento en donde dos leyendas urbanas, Farid y Ammour, comenzarían a escribir su historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

“En ese momento tu vestimenta y pertenencia a una banda era dictadas por la música. Hoy en día, todos los niños de los suburbios llevan la cabeza rapada”, diría Farid, quién junto a Ammour, Pierrot  y Fan, importarían el movimiento Skinhead a Francia.

Farid hace hincapié en el temor que despertaban en ese entonces, “si 7 u 8 de nosotros entraba a un vagón del metro, todo el coche se quedaba callado”.

La infección fascista se apodera del movimiento

A finales de los años 60 a muy pocos les interesaba la política, todo era música, ropa y amigos. El cambio hacia el ala derecha de la política vino poco tiempo después. A principios de los años 80, los Skinhead poseen una política sin sentido y todo se convierte en una cultura de odio irracional.

Como los partidos de extrema derecha florecían en toda Europa, la dañada clase trabajadora sería el objetivo perfecto del Inglés Frente Nacional. El mismo propagaría las semillas nacionalistas y racistas que pronto infectaría al movimiento Skinhead.

 

 

 

 

 

 

 

 

En Francia el  “Frente Nacional” se abriría paso junto a otros partidos radicales encontrando terreno fértil en los Skin. Hasta ese momento los partidarios de la derecha solían ser en su mayoría de clase alta, ahora la clase obrera se desplazaría hacia la extrema derecha.

La juventud, en su mayoría hombres pero también con participación femenina, saldría a las calles con la estética militarista que se ajustaba a una parte perdida del proletariado. Si bien la música Punk, básicamente se posiciona contra el sistema empujada por anarquistas, situacionistas e idolologías de extrema izquierda, ahora intentaría cambiar su rumbo.

El rudo y violento aspecto de la música en sí misma, sería utilizado por bandas nazis para escupir odio como por ejemplo lo hacían los “Skrewdriver”. Este grupo originario de Londres se convertiría en el líder de una generación nueva de Skinhead fascinados por la ideología nazi. En Francia, Evil Skin y su cantante Sniff, Los Tolbiac Toads, Brutal Combat, Bunker 84 y Legión 88 encarnarían el movimiento.

Éstos, más allá de su música, serían participes de una serie de ataques racistas a mediados de los 80.

El nacimiento de los cazadores de Skinhead

Para ese momento todo el movimiento Skinhead en Francia y Europa se había desplazado hacia la extrema derecha. Alemania e Inglaterra se caracterizaron por ser nazistas hasta la médula.

En París, más allá de las diferentes vertientes fascistas, se destacaron los “Nazis Klan” con su carismático líder “Batskin”. “Esa generación de Skinhead era muy combativa, fueron batallas épicas”, diría Kim, integrante de los “Red Warriors”, banda antifascista que protagonizaría sangrientas batallas con los cabezas rapadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Los “Guerreros Rojos” atravesados por ideas libertarias y comunistas, pero por sobre todas las cosas antifascistas, comenzarían con su derrotero. “Las calles les pertenecían, ellos eran una amenaza para los adolescentes punks, inmigrantes y personas de color. Les Halles, Luxemburgo y el Mercado de pulgas Clignancourt, debían evitarse para no ser golpeados ferozmente”, contó Julien, integrante de los Red Warriors.

Paris contaba con otros grupos organizados que pretendían ponerle fin a la violencia fascista, ellos eran los Ruddy Fox, Ducky Boys y los Zulúz. A diferencia de los “Guerreros rojos”, estos no salían a cazar skinhead, pero si se topaban con algunos de ellos los golpeaban, lo mismo pasaba con aquellos grupos racistas que usaban la bandera confederada de los Estados Unidos en sus camperas.

Los Red Warriors fueron sin duda alguna los que impulsaron a cantidad de jóvenes a arrebatar la calle a los fascistas en Francia. Compuesto por un núcleo duro de 14 personas, su objetivo inicial era contrarrestar lo que ellos vieron como un aumento del fascismo. Los miembros de los Guerreros Rojos fueron: Julien, Rico, Jeff, Nano, Karim, Roy, Scan, Sambot, Anto, Nono, Franky, Arno Tepa , Bobo, Pascal. Reivindicando el comunismo, por provocación, la banda era en su mayoría radical antifascista . Proporcionaron seguridad en conciertos urbanos de punk y rock alternativo. Si bien la mayoría no superaba los 20 años de edad, todos eran excelentes peleadores, ya que era premisa fundamental saber algún tipo de defensa personal.

 

 

 

 

 

 

 

 

Su símbolo era una hoz en forma de cruz de un bate de béisbol, secuestrando el símbolo comunista de hoz y martillo, patrullaron las calles parisinas y en más de una oportunidad oficiaron de seguridad en recitales donde frecuentaban Skinhead.

Esta organización “Antifa”, se mantuvo en actividad hasta el 92, es decir que la acción en las calles no ceso por espacio de 6 años, momento en que los cabezas rapadas desaparecieron como tales. Estos buscaron reciclarse en los estadios de fútbol, donde también fueron perseguidos.

 

 

 

 

 

 

 

Después de batallas épicas en las calles parisinas, muchos grupos decidieron recuperar el estilo original de los Skinhead, se raparon sus cabezas para terminar con la gangrena de ultraderecha.  Los Skin, enfadados por el bastardeo de su cultura, decidieron denominar “Bonehead” (cabeza hueca)  a los grupos neonazis, término que los acompaña hasta el día de hoy. Nada más justo y merecido, nada más sensato ante tamaña maquinaria irracional.

 

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