¿Están sentadas las bases para un crecimiento económico sostenido?
El Presidente habló de una economía en expansión y con las bases sólidas para un crecimiento económico sostenible. En la calle, la sensación parece ser otra.
- Opiniones
- Mar 10, 2018
Por Esteban Guida
Si bien los datos finales sobre el Producto Bruto Interno se darán a conocer recién a finales de marzo, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) arrojó en diciembre un crecimiento mensual del 0,6%, acumulando un 2,8% para todo el año 2017.
En el Presupuesto Nacional para el 2018 enviado al Congreso, el poder ejecutivo estimó que el PBI del año en curso crecería 3,5%, y en su discurso a la Asamblea Legislativa del último primero de marzo, el Presidente habló de una economía en expansión y con las bases sólidas para un crecimiento económico sostenible.
En la calle la sensación parece ser otra, y fuentes informales del propio gobierno confirman que la cosa no está para festejar. Vale preguntarse entonces cómo se explica el crecimiento registrado, y si en verdad están asentadas las bases para lograr el nivel de crecimiento que le permita al conjunto de los argentinos vivir mejor.
Esta semana, el INDEC y el Ministerio de Trabajo de la Nación, dieron a conocer el desempeño de la actividad económica del país, entre otros indicadores. En cuadro siguiente, se presenta la evolución por sector en el 2017, sea respecto al año 2016 como también en comparación con la situación a finales del año 2015, punto de inflexión en la orientación de la política económica del país.
En el cuadro se observa que la actividad agropecuaria y la construcción han explicado buena parte del crecimiento económico. El agro logró su segundo año consecutivo de expansión desde que Cambiemos asumió la presidencia; a diciembre de 2017 registró una suba de 2,2% con respecto a 2016 y de 6,2% con respecto a diciembre de 2015. La construcción, por su parte, logró recuperar lo perdido después de un 2016 recesivo; en diciembre de 2017 creció 12,2% con respecto a igual mes del año anterior y 5,6% con respecto a igual mes de 2015.
Es importante resaltar que hay cuatro sectores que no logran recuperar los niveles que tenían antes del cambio de gobierno. El más importante es la industria manufacturera ya que explica por sí sólo más del 20% de toda la economía y el 12,6% del empleo registrado; a diciembre de 2017 acumula una caída de 1,7% con respecto a igual mes de 2015. El sector pesquero, la explotación de minas y otras actividades de servicios comunitarios tampoco lograron compensar el golpe recesivo de 2016.
Aunque la evolución del agro y la construcción son importantes para recuperar lo perdido en el 2016, no resultan suficiente argumento para garantizar el crecimiento sostenido que permita saldar los desajustas macroeconómicos existentes. Esto resulta así, puesto que ambos sectores explican aproximadamente menos del 12% de la producción total del país y el 8,4% del empleo registrado.
Hay que considerar que el agro está sufriendo una fuerte sequía en la zona núcleo que obliga a reducir las estimaciones de crecimiento para el 2018. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, al día de hoy la sequía implicará una merma de 5,5 millones de toneladas la producción en soja, y de 4,9 millones de toneladas la de maíz. Por su parte, la construcción está fuertemente influenciada por la obra pública, cuya sostenibilidad se ve afectada por necesidad de ajustar las cuentas fiscales.
No caben dudas de que el gobierno está haciendo todas las concesiones necesarias para que la inversión privada impulse el crecimiento de la economía, pero eso no está dando resultado, ya que los niveles de inversión fija registrados en el 2017 no son los esperados y por lo tanto insuficientes para impulsar el crecimiento en los niveles necesarios.
Se suman los problemas con la política monetaria y su efecto recesivo en toda la economía, la caída en el consumo y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, el déficit fiscal y comercial, y la fuerte dependencia del endeudamiento externo que absorbe cada vez más recursos para afrontar los intereses.
No se trata de ser “apocalípticos” sino de describir la realidad desde la óptica del interés nacional, considerando las experiencias vividas y el sobrado antecedente de fracasos que cuenta en su haber el tenor de las políticas implementadas en estos años.