Paritarias estilo FMI: Triaca rediseña pauta salarial con aumentos «a medida» y límites a las sumas fijas
Ya son varios los gremios que acordaron revisiones a sus paritarias luego de haber cerrado por un 15% a comienzos de año. Los más grandes están intentando una mejora adicional al 5% que propuso el Gobierno como compensación por la escalada inflacionaria. Triaca toma cada caso con criterio particular.
- Por los medios
- Jul 17, 2018
El Gobierno avanza en el reordenamiento de las paritarias bajo un esquema flexible. Se trata de una tanda de aumentos suplementarios que elevan la pauta salarial a entre el 20% y 25%, dependiendo del tamaño de la organización y su nivel de diálogo con el Ministerio de Trabajo, encabezado por Jorge Triaca.
De esa forma, las autoridades buscan contener el impacto de la devaluación sobre los salarios y, al mismo tiempo, apaciguar los ánimos en la CGT, donde sin embargo prevén una inflación no menor al 30% y cuestionan el nuevo modelo de negociación.
Durante el primer semestre, entidades pequeñas y de mayor peso formaron parte del «club del 15%«, es decir, la pauta salarial que había previsto Triaca a principio de año, pero que rápidamente se vio superada por la suba de precios gatillada por la corrida cambiaria. En vistas de la presión sindical, que derivó en el paro general del pasado 25 de junio, el ministro de Trabajo habilitó vías de negociación con la dirigencia gremial mediante las adecuaciones «express» y en otros casos, incluso, el adelanto de las revisiones previstas en los acuerdos salariales.
En las últimas horas, los gremios de peluqueros, del personal de fábricas de pintura, de remiseros, de la industria petrolera y empleados de hidrocarburos cerraron un adicional del 5%, según confirmaron a iProfesional fuentes de la cartera laboral.
Se trata de organizaciones con menos de 50.000 afiliados y de buen trato con el oficialismo, que decidieron estrenar el «Régimen Simplificado voluntario de adecuación de la negociación colectiva salarial» con el objetivo, según las autoridades, de resguardar «los estándares adquisitivos de las remuneraciones».
En la Unión Industrial Argentina (UIA) ya admiten que los acuerdos deben reverse, aunque bajo un esquema de negociación por sector.
El vicepresidente primero de la central fabril, Luis Betnaza, dijo que «lamentablemente, hay que volver a mirar el proceso salarial, pero cada uno sabrá: habrá sectores que podrán afrontar un aumento y otros que no».
El directivo reconoció que las paritarias que cerraron con un incremento anual del 15% quedaron desactualizadas a partir de la devaluación y una inflación que, este año, podría superar el 30%.
Para encarrilar las negociaciones, el dispositivo habilitado por Triaca el mes pasado a través del decreto 508/18 autoriza un incremento no acumulativo en el sector privado para el trimestre posterior a su suscripción, con la posibilidad de dividirlo en dos tramos del 2,5%.
La medida había sido cuestionada por la CGT, en donde la tacharon de «insuficiente» y la consideran una modalidad de «paritaria por decreto», pero silenciosamente diversos gremios comenzaron a echar mano de la herramienta ofrecida por el Gobierno.
«El decreto habilita a los más chicos que se sienten en Ministerio con un piso del 20%, pero los más grandes tienen capacidad de negociar un poco más», explicaron fuentes de la cartera laboral. Cerca de Triaca esperan ahora que otros gremios se sumen a las readecuaciones, mientras no descartan que entidades como los obreros de la construcción (Uocra), cuya revisión está prevista para diciembre, superen el piso del 20%.
Dentro del grupo de los sindicatos de menor porte, el líder de los petroleros y empleados de hidrocarburos (Supeh), Antonio Cassia, firmó la semana pasada un 5% extra a partir de julio, luego de haber cerrado un 15% en la primera mitad del año, con una revisión prevista recién para enero de 2019 y la posibilidad de modificar en marzo su convenio colectivo.
«Con esta suba, tenemos un 20% hasta octubre. Ahí vamos a evaluar la inflación desde abril y si se supera esa cifra, vamos a pedir que se adelante la revisión», confirmó un hombre de Cassia a este medio.
Mientras tanto, en la vereda opuesta a los sectores dialoguistas, el bancario Sergio Palazzo acordó la semana pasada con el Banco Central un incremento extra del 5% retroactivo al 1 de julio sobre los salarios de diciembre, lo que según el sindicato totalizaría una variación anual del 20%.
La entidad extendió la adecuación a toda la actividad bancaria con este entendimiento, tras pactar lo mismo con las cámaras ABE, ABA, ADEBA y ABAPPRA. El sindicato enfrentó este año una dura paritaria, en la que aceptó reducir el aporte solidario de los no afiliados del 1 al 0,5%, un recorte millonario de fondos.
Con todo, Palazzo ratificó que la cláusula de actualización se activará en caso de la inflación medida por el INDEC supere lo acordado. Pero las seccionales más aguerridas ya empezaron a exigir la reapertura por la escalada de la canasta familiar, las tarifas y combustibles.
El reclamo más fuerte surgió de los delegados del Banco Provincia de Buenos Aires, en donde mantienen un plan de lucha contra la reforma de la caja jubilatoria. Según sus cálculos, como los aumentos no son retroactivos ni acumulativos, la suba anualizada a la fecha no supera el 15,84%.
Distinto es el caso del gremio de Comercio, el más grande del país con 1,2 millones de afiliados, que la semana pasada acordó un aumento del 10% en tres tramos, alcanzando un incremento anual cercano al 25%. En esta ocasión, no se trató de una readecuación, sino de un adelanto de la cláusula de revisión prevista para enero, con el guiño de Triaca.
Cerca de Armando Cavallieri reconocen que el adicional, además, lo deja «mejor parado» en la interna con su rival, el secretario de organización Ramón Muerza, quien busca arrebatarle el sillón en las elecciones de este año.
Bajo la sombra del FMI
El nuevo diseño de las paritarias también incluye restricciones, como el uso de las sumas no remunerativas.
Según la resolución publicada la semana pasada por la cartera laboral, esos montos ya no podrán ser incluidos en los acuerdos salariales, lo que supone un desafío para empresas y gremios, que durante el primer semestre recurrieron a esa variante. Ahora, las autoridades la eliminaron con el fin declarado de fortalecer la recaudación por vía de aportes y contribuciones de la ANSES.
Los abogados de empresa ya anticipan que la decisión dificultará la revisión de los acuerdos salariales del segundo semestre y el año próximo, que incluyen sumas sin cobertura social.
Por lo pronto, la normativa encendió el rechazo del triunviro Carlos Acuña, quien sostuvo el domingo pasado que «las paritarias 2018 van a cerrar arriba del 27%«. Fue de los primeros en sumarse al régimen de adecuación salarial al arreglar la semana pasada un 5% adicional en dos cuotas. «Que ya directamente gobiernen por decreto y que cierren el Parlamento, que digan cuánto tiene que ganar cada uno», protestó el dirigente del sindicato de estaciones de servicio en declaraciones radiales.
Pero la discusión salarial se vería afectada además por el acuerdo stand-by con el FMI, del que se conocieron nuevos detalles el fin de semana.
Tan solo un mes después de cerrar una suba del 15%, UPCN acordó con las autoridades el viernes pasado reabrirlas en la primera semana de agosto por el deterioro del poder adquisitivo. Pero en las últimas horas, el Fondo recomendó en nuevos documentos que los salarios del sector público no crezcan más de un 8% entre junio de este año y el mismo mes del 2019, y que el Gobierno ya firmó un acuerdo con los sindicatos en ese sentido.
Eso no es todo. Las medidas contenidas en el «staff report» del Fondo, que además aconseja reducir la masa salarial mediante el congelamiento de ingresos a la administración pública, también podría alcanzar a los docentes.
La gobernadora bonaerense los convocó días atrás a una reunión para el próximo lunes 23 de julio por orden de un fallo judicial. María Eugenia Vidal les otorgó en lo que va del año una suba del 10% por decreto, pero los gremios piden un 30% de aumento con cláusula gatillo. La gran incógnita es si el FMI les pondrá un tope.
«No me quiero adelantar, pero es una posibilidad», advirtió a este medio el titular de uno de los principales sindicatos de la Provincia.
Las proyecciones privadas de inflación, sin embargo, superan los cálculos de los sindicalistas. Un informe de Economía y Regiones difundido este lunes alertó que la variación anualizada de los precios podría oscilar entre un 37% y un 47%, superando no solo las estimaciones del Banco Central -del orden del 30% para diciembre- sino también las metas acordadas en el stand-by, por lo que «en consecuencia, el Gobierno deba hacer seguramente consultas con el FMI y modificar partes del acuerdo».
En la CGT, ya se preparan para la llegada de la directora del Fondo al país, Christine Lagarde, prevista para este viernes. En una teleconferencia con funcionarios del organismo, la central obrera había intentado acordar una salvaguarda para el empleo. La propuesta del sindicalismo incluía un consejo económico y social, pero no obtuvo mayores resultados.
«Veo muy mal el panorama, se viene la caída de la economía con un impacto complicado sobre lo social, sin saber de dónde bajarán de déficit fiscal», dijo a este medio uno de los triunviros.