MARTES, 26 DE NOV

Historias contadas en voz baja: Cristian Malloni, pescador urbano

Amante de una de las actividades que reúne tantos devotos como detractores, este rosarino encontró una maravillosa forma de mostrar su amor por la pesca.

Por Alejandro Maidana

“La pesca es un letificante para el espíritu, una distracción para la tristeza, un calmante para los inquietos pensamientos, un moderador de las pasiones, una fuente de satisfacciones que engendra hábitos de paz y de paciencia para todo aquel que la profesa y la práctica”, Isaac Walton.

Encontrarse con un charco y rápidamente tejer ese imaginario que en muchas oportunidades no se materializa, es una de las tantas sensaciones que atraviesan al pescador. No existe edad, género, ni impedimento físico alguno que pueda anteponerse a la necesidad  imperiosa de vivir un pique. El equilibrio que logran aquellas personas impulsivas cuando la plomada toca el fondo, o la boya comienza a trabajar, podrían acabar con la industria de los ansiolíticos de una manera muy explícita.

En Rosario, la vera del río se ha visto invadida por la actividad privada, dejando solo un mezquino porcentaje de zonas públicas para poder contemplar esa inmensidad que el sistema buscó esconder y transformarlo en propiedad de unos pocos. Es por ello que Cristian Malloni se las ingenió no solo para encontrar alguna bajada que lo acerqué a las marrones aguas del Paraná, sino también insistir con la idea que la pesca se puede tornar en una actividad cotidiana acomodando los tiempos que suelen acorralarnos.

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“En lo particular no tenía tiempo para ir a pescar, es por eso que estuve un tiempo largo sin poder disfrutar de la actividad, por eso lo torné en un estilo de vida. Me tomo una o dos horas diarias, agarro la bicicleta y despunto el vicio de lo que más me gusta hacer, pescar”, cuenta Cristian, quién encontró en su canal de YouTube “Pesca Urbana”, una forma didáctica de invitar a cambiar el estilo de vida que se tiene en las grandes ciudades.

Si bien siempre se movió dentro de la ciudad, ahora lo hace con más asiduidad, “el tiempo es el enemigo número uno, por eso aprovecho el conocimiento que tengo de todas las bajadas al río tanto dentro como fuera de la ciudad para poder  mostrarlo a través de una cámara”.

No siempre el pique acompaña las jornadas, “los vídeos más vistos, son aquellos en lo que no tuve un solo pique. Lo lindo es la preparación, el armado de los elementos de pesca, los pájaros, el viento y todo lo que rodea a esta actividad”, concluyó Malloni.

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