MARTES, 26 DE NOV

Trump minimiza el lanzamiento de misiles norcoreanos durante su visita a Japón

"Corea del Norte lanzó algunas pequeñas armas, que pusieron en alerta a algunos de mis asesores y a otros, pero no a mí", aseguró el mandatario vía twitter en referencia a declaraciones de su asesor de seguridad nacional.

 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renovó su confianza hacia el dirigente norcoreano Kim Jong Un pese a los recientes ensayos nucleares realizados por Pyongyang, en el segundo día de su visita de Estado en Japón.

Antes de una partida de golf con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, Trump escribió un tuit en la intención aparente de calmar los ánimos.»Corea del Norte lanzó algunas pequeñas armas, que pusieron en alerta a algunos de mis asesores y a otros, pero no a mí», aseguró Trump, en referencia aparentemente a declaraciones de su asesor de seguridad nacional.

John Bolton había considerado la víspera que los dos ensayos de misiles de corto alcance efectuados a principios de mayo por Pyongyang, por primera vez en un año y medio, constituían «sin ninguna duda» una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

«Confío en que el presidente Kim mantendrá la promesa que me ha hecho», dijo Trump.
Una primera cumbre histórica entre los dos mandatarios, en junio de 2018 en Singapur, culminó en una declaración conjunta que hablaba de la «desnuclearización completa de la península coreana». Una vaga formulación que permite a ambas partes interpretarlo de manera muy diferente. Pero la segunda cumbre, en Hanói en febrero, acabó en un absoluto fiasco.

Comercio, no antes del verano

El tema será probablemente abordado el lunes, durante las discusiones oficiales entre Trump y Abe, que hablarán también de la cuestión comercial. Estados Unidos, primera economía mundial, y Japón, tercera, intentan llegar a un delicado acuerdo bilateral en este sentido.
Pero no se espera ningún anuncio con ocasión de esta visita.

«Hemos avanzado mucho en nuestras negociaciones», pero «lo esencial esperará» para después de las elecciones al senado previstas en julio en el archipiélago, advirtió Trump. Varios rumores apuntan a que Abe tiene la intención de convocar legislativas anticipadas.

Ya a su llegada a Japón Trump criticó un intercambio comercial bilateral que considera desequilibrado, aunque expresó su confianza en que ese cuadro se torne «un poco más justo» luego de que se alcance un acuerdo.

Antes de su encuentro el lunes con el nuevo emperador Naruhito, momento esperado de la visita, el domingo estuvo dedicado al refuerzo de las relaciones entre los dos países, y de «la amistad» entre ambos dirigentes.

En una mañana sin nubes, y bajo un calor sofocante, Trump y Abe compartieron una relajada partida de golf en un club cerca de Tokio.
Antes de salir hacia el club de golf, Trump no escondió su entusiasmo y en la red Twitter mencionó: «Saliendo ahora a jugar al golf con @AbeShinzo. A Japón le encanta este juego».

Prohibido lanzar cojines

Después asistieron a la final del torneo de sumo de Tokio, donde Trump entregó la imponente «Copa Presidencial», de unos 30 kilos y 1,4 metros de altura, al vencedor, el japonés Asanoyama.

Acompañado de su esposa Melania, presenció algunos combates entre los colosos de esta antigua lucha tradicional, después de realizar su entrada bajo los aplausos del público en el gigantesco recinto de más de 10.000 plazas, el Riogoku Kokugikan. Muy serio durante los combates, se relajó cuando subió al sagrado cuadrilátero, al que accedió con unas zapatillas especiales para la ocasión.

Se desplegó un importante dispositivo de seguridad en este templo del sumo, con estrictos controles a los espectadores.
Como consecuencia, se formaron largas colas ante las entradas.

«Me esperaba aún más seguridad que de costumbre, pero no hasta este punto», confesó a la AFP un hombre de 76 años, Hisato Koizumi.
Se advirtió a los aficionados de que quedaba prohibido lanzar sus cojines -como es tradicional cuando un gran campeón, un «yokozuna», es derribado por su adversario- por miedo a que alguno cayera sobre el presidente estadounidense.

«Me gustaría dar las gracias. Fue una velada increíble en el sumo», se entusiasmó Donald Trump más tarde, en un restaurante con su esposa y la pareja Abe. «Es un deporte muy antiguo y siempre quise ver sumo».

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