¿Se avecina nuevo crac financiero mundial?
El interrogante lo plantean dos artículos publicados en el diario londinense Daily Telegraph y analizados por Cynthia Rush. Publicaciones avizoran profunda recesión.
- Economía
- Ago 25, 2015
“El reloj del Día del Juicio para el crac mundial marca un minuto para la medianoche, en tanto que los bancos centrales pierden el control», es el encabezado de una nota publicada en el diario londinense Telegraph.
El análisis que lleva este encabezado está acompañado de otro artículo, firmado por el director de Negocios Internacionales del Daily Telegraph, Ambrose Evans-Pritchard, y ambos hacen una radiografía de los derrumbes combinados que avizoran otro estallido financiero como el del 2008 acompañado de otra «gran recesión».
Ambas publicaciones son analizadas por Cynthia Rush, del portal internacional larochepub.com, quien sostiene que el desplome persistente en los precios del petróleo y de prácticamente casi todas las materias primas, en particular de los metales —que es una copia del desplome de las mercancías que precedió al crac del 2008— ha llevado el índice Bloomberg de las Mercancías por debajo de sus niveles más bajos de este siglo hasta la fecha.
Junto con esto ha ocurrido una caída en el comercio mundial en más de 4% año con año, lo cual destaca Pritchard que refleja la contracción de la actividad económica mundial. Hay una serie de crisis de las monedas en los países recién industrializados —Indonesia, Malasia, Tailandia, Brasil— y derrumbes en los mercados de valores en más de 20 países.
Informe de la Reserva Federal
El informe de la Reserva Federal de Nueva York sobre la industria y las manufacturas que se publicó el 17 de agosto, muestra una muy importante contracción. «El índice de manufacturas del estado de Nueva York para julio –señala Pritchard-, se desplomó a un nivel de recesión de menos 14.9, el más bajo desde la Gran Recesión, una de las caídas más pronunciadas en un mes que se hayan registrado. El componente de nuevos embarques, cayó en -13.8, y el de nuevas órdenes a -15.7. Esto llega en un momento delicado para la economía mundial. Ahora hay un tormenta en agosto que azota a los mercados globales», señala el analista económico.
El blog financiero de los economistas Pam y Russ Martens, Wall Street on Parade, informó también recientemente sobre la alarmante caída en la actividad económica real que reporta la Reserva Federal de Nueva York, en un artículo titulado «Mantén tus ojos en los bonos chatarra: Comienzan a comportarse como en el 2008». Dicen que «los signos de advertencia más alarmantes –-el aumento del rendimiento de los bonos chatarra y el creciente diferencial en los rendimientos de los chatarra y los bonos del Tesoro de EU— reciben mucha menor atención de la que deberían. Cuando crecen los diferenciales en las tasas sirvió como una tarjeta roja temprana para el crac financiero de 2008 y la implosión de las firmas icónicas de Wall Street».
Bonos chatarra
Ahora se emiten bonos chatarra de las empresas de petróleo y gas en la economía estadounidense con un interés promedio de 11 a 12%, pero que llegan hasta el 20% y 30% en la medida que aparecen los incumplimientos y las bancarrotas en el sector de petróleo y gas. Peor aún, como lo señala el Telegraph en su artículo del «Dia del Juicio», se siguen emitiendo esos bonos de deuda, y se siguen comprando, a tasas enormes, que llegan a entre $ 325 y $ 350 mil millones de dólares de bonos chatarra del sector petrolero en 2015, por quinto año consecutivo.
El denominador común de todos estos elementos del crac — la enorme exposición y dependencia de Londres y Wall Street a las pérdidas en derivados financieros — ha desatado una intensa campaña por parte de los grandes bancos para hacer que el Banco de Pagos Internacionales y Washington eliminen la regulación del grado de apalancamiento (deuda) que pueden tener los «derivados compensados», los cuales tienen un valor nominal de $150 billones de dólares. El vicepresidente de la Corporación Federal de Seguros a los Depósitos (FDIC), Thomas Hoenig, dice en un artículo que publicó el 17 de agosto en el Wall Street Journal, que se tome esto como una advertencia del próximo crac.