El dueño de una pensión decidió no cobrarle el alquiler a sus 40 inquilinos debido a la cuarentena
Fabio Pacheco es dueño de una pensión que tiene 40 inquilinos, de los cuales 10 viven de la venta callejera. A raíz de la pandemia y del aislamiento social, decidió no cobrarle el alquiler a ninguno de sus locatarios. "Les propuse que acopiemos comida, que nos preocupemos por las necesidades esenciales", contó el titular del lugar a Conclusión.
- Ciudad
- Abr 10, 2020
Por Federico Morel
La pandemia del coronavirus y los efectos que ha ocasionado a toda la humanidad dejó a los trabajadores en un limbo de incertidumbre que resulta muy difícil de sobrellevar. Tanto que ha obligado a la sociedad a modificar las maneras de relacionarse interpersonalmente con el otro. Y en muchos casos, la solidaridad y la empatía, como valores humanos, se han resignificado y alcanzaron un lugar preponderante para sobrellevar la situación tan crítica que vive la sociedad.
Gestos de preocupación por el otro aparecen como un manual de instrucción sobre cómo queremos que sea el mundo que viene, luego de que la pandemia quede en las páginas de la historia de la humanidad.
Un ejemplo de esta situación es Fabio Pacheco, rosarino y dueño de una pensión donde viven 40 inquilinos (entre ellos diez extranjeros que viven de las ventas diarias que realizan en la calle), y que condonó el cobro de los alquileres de estas personas durante el mes de abril, hasta la espera de la resolución de la pandemia del coronavirus. Incluso cuenta que dos veces por semana cocina a sus inquilinos en la pensión, ubicada en la esquina de Urquiza y Entre Ríos.
En diálogo con Conclusión Pacheco contó que «acá es toda gente laburante y la mayoría vive de vender en la calle. No pueden vender ni trabajar. Los mangos que tenían les dije que lo guarden para productos de limpieza, para su higiene, que los guarden para comprar comida. Les dije que del pago de abril se olviden. Quise sacarle la angustia».
Les dije que del pago de abril se olviden, quise sacarles la angustia
«Había varios chicos que estaban muy angustiados. Ni siquiera me lo decían a mí, me lo contaron otros chicos que viven en la pensión. Entonces les dije que se olviden de pagar abril y que veamos cómo se va desarrollando esto. Les propuse que acopiemos comida, que nos preocupemos por las necesidades esenciales, incluso voy a dos veces a la semana y cocino para todos«, agrego el dueño del lugar.
Al preguntarle sobre la dificultad de cubrir los costos del inmueble, el locador mencionó que «yo no soy de especular estas cosas, primero creo que está el bienestar de la gente y después veremos cómo salimos adelante. Espero que no dure mucho esto porque a mí los impuestos no me perdonan, pero lo que estuvo a mi alcance quise hacerlo».
«Yo tengo gastos estrepitosos pero voy a renegociar. A los que tenga que pagarle, le voy a decir que se los puedo pagar de esta manera, que me cobren un poco más, que no me maten pero la voluntad de pago siempre va a estar y van a tener que entender. Creo que van a agarrar la plata que haya porque este es un agujero de ozono para todos los bolsillos. Yo voy a ir a negociar y voy a pagar hasta el último peso«, argumentó Pacheco.
Sobre su relación con los inquilinos, el dueño de la pensión expresó que «formamos un vínculo. Yo los quiero mucho y creo que es recíproco. La mayoría hace tres años que vive en la pensión. Ninguno se quiere mudar, ninguno se quiere ir. Está a gusto, se sienten cuidados. Nadie se desubica con nadie. El respeto es todo, porque si no no se puede convivir en la pensión. Cuando vi tanta angustia entre los chicos, yo tengo 10 senegaleses que no pueden vender en la calle, no podía decirle que me tenían que pagar, si yo sé que no están trabajando. La humanidad ante todo, después vemos cómo arreglamos».
La humanidad ante todo, después vemos cómo arreglamos
Y concluyó: «Hace tres años que me dedico a esto. Esta es la situación mas compleja que pasé. Estoy aprendiendo, calculo que día a día aprendemos a sobrellevarlo. He tenido situaciones difíciles, pero como esto no. Igualmente, me saco el sombrero por la conducta que tienen los inquilinos que ese encuentran en la pensión. Están todos sin trabajo y la situación es compleja. La gente se altera en su estado de ánimo pero estamos bien y compartimos todo».