Alumnos identificaron por dinero al profesor decapitado, al que Macron rindió homenaje nacional
El pasado viernes, dos estudiantes de secundaria hicieron al atacante una descripción física del maestro y se quedaron a su lado a las afueras del establecimiento de Bois d'Aulne de Conflans-Saint-Honorine, en el noroeste de París. Según un fiscal le dieron entre 300 y 350 euros.
- Internacionales
- Oct 22, 2020
Francia rindió un homenaje nacional este miércoles a Samuel Paty, profesor de historia decapitado por un islamista el viernes, a quien el presidente Emmanuel Macron le dedicó emocionadas palabras y remarcó que el atentado fue perpetrado porque «encarnaba la República».
Por otra parte, el fiscal antiterrorista Jean-François Ricard reveló que alumnos del docente fueron quienes revelaron al asesino su identidad y lo señalaron en la puerta del colegio a cambio de entre 300 y 350 euros .
«Continuaremos, profesor. Defenderemos la libertad que usted enseñaba tan bien y sostendremos el laicismo, no renunciaremos a las caricaturas», declaró el jefe de Estado en la ceremonia que se realizó en la Universidad de la Sorbona en París.
Antes del inicio de la ceremonia, Macron entregó a Paty la Legión de Honor, la principal condecoración francesa, a título póstumo, citó la agencia de noticias AFP.
El hijo de 5 años de la víctima también será declarado «pupilo de la nación», una distinción atribuida a los hijos cuyos padres murieron en guerra o en atentado.
«Era uno de esos profesores que no olvidamos», agregó Macron, que también denunció a aquellos «cobardes» que llevaron al profesor a ser decapitado por los «bárbaros».
El docente fue asesinado en un suburbio de París porque había mostrado a sus alumnos, durante un curso de instrucción cívica, caricaturas de Mahoma publicadas por un semanario satírico y que derivaron en dos atentados islamistas contra esa publicación.
Alumnos del docente revelaron al asesino su identidad y lo señalaron en la puerta del colegio, ubicado al noroeste de París, a cambio de entre 300 y 350 euros, dijo este martes el fiscal Ricard.
Según detalló el procurador, siete personas fueron presentadas a un juez por «complicidad en asesinato terrorista», entre ellos dos adolescentes de 14 y 15 años, acusados de haber indicado al homicida quién era el profesor que había exhibido caricaturas de Mahoma durante un curso de instrucción cívica.
«A su llegada cerca del colegio alrededor de las 14, Abdullakh Anzorov trataba de identificar a su víctima y para ello se acercó a un estudiante al que le entregó 300 a 350 euros», precisó Ricard, citado por AFP.
El pasado viernes, dos estudiantes de secundaria hicieron al atacante una descripción física del maestro y se quedaron a su lado a las afueras del establecimiento de Bois d’Aulne de Conflans-Saint-Honorine, en el noroeste de París.
Poco antes de las 17 «varios adolescentes vinculados al primero señalaron al agresor a Samuel Paty en el momento en el que salía del colegio», añadió el funcionario, quien aseguró que el homicida les dijo que quería «humillar y golpear» al profesor y «obligarlo a pedir perdón» por mostrar caricaturas del profeta Mahoma.
Tras haber «dado el resto de la suma» prometida, Anzarov -un checheno de 18 años nacido en Moscú y refugiado en Francia- empezó a seguir al profesor, para luego decapitarlo.
Ricard informó que también fueron presentados ante un juez el padre de un estudiante, Brahim C., y el activista islamista Abdelhakim Sefrioui, que en las redes sociales «había calificado al profesor como un objetivo».
Fuentes cercanas al caso señalaron que, tras el crimen, Anzarov publicó un audio en ruso en las redes sociales junto a una foto de su víctima en el que reconoció su crimen.
En ese mensaje, cuya veracidad fue certificada por la fuente, el asesino dijo -en un ruso poco claro- que «vengó al profeta», reprochando al profesor de historia y geografía de haberlo «mostrado de manera insultante».
«Hermanos, recen para que Alá me acepte como mártir», pidió Anzarov en su mensaje, en el que parece agitado.
La policía mató a Anzorov poco después del homicidio, a unos doscientos metros del cuerpo de la víctima.