Murió Roberto Rosúa, tres veces ministro de Gobierno de Santa Fe
El ex funcionario de la estratégica cartera del gobierno provincial fue designado la primera vez por el entonces gobernador Carlos Sylvestre Begnis en 1973. La segunda y tercera designación para el mismo cargo fue realizada durante los gobiernos de Jorge Obeid en los períodos 1995-1999 y 2003-2007. Dejó su testimonio en una entrevista con Conclusión.
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- Feb 26, 2021
Murió a sus 93 años, en la mañana de este viernes, el ex ministro de Gobierno e histórico dirigente del peronismo santafesino, Roberto Rosúa.
Su primera designación como ministro de Gobierno, Justicia y Culto de Santa Fe fue ocurrió en 1973 bajo el gobierno de Carlos Sylvestre Begnis.
En el contexto de un enrarecido clima político que se vivía en la Argentina en 1975, y a raíz de amenzas de la Triple A, se vio obligado a renunciar al cargo y a exiliarse en Europa. Más adelante regresó y debido al golpe militar de 1976, fue detenido durante algunos meses y se exilió por segunda vez en Brasil.
Al respecto de esa experiencia, le había dicho a Conclusión que ese gobierno “con enfrentamientos armados como había en el país en esos momentos, era un gobierno democrático que tenía legitimidad de origen y de acción, de manera que en ese contexto social y político se requerían acciones que no son comparables con las que se dieron después”.
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“En aquellas circunstancias, nosotros pusimos una norma de conducta que era el respeto al estado de derecho y que cualquier circunstancia que afectara la convivencia pública debía ser resuelta dentro del mismo”, completó.
Después de destacarse a su regreso como abogado penalista, en 1995 el entonces gobernador Jorge Obeid lo nombra ministro de Gobierno, tanto en la gestión que abarcó de 1995 a 1999, como en su segunda gobernación que transcurrió desde 2003 a 2007.
En cuanto a esa nueva experiencia, Rosúa expuso: “Durante el primer gobierno de Obeid, veníamos de una situación en la que grandes sectores políticos y sociales denunciaban la permanencia dentro de la Policía de provincia de elementos que habían participado dentro del terrorismo de Estado”.
“Entonces nos encontrábamos con la situación que producía la vigencia de las leyes de obediencia debida y punto final, que nos limitaba la persecución penal de estos elementos y teníamos conciencia de que algunos oficiales o jefes habían participado del terrorismo de Estado, era necesario limpiarlos”, aseveró.