MARTES, 26 DE NOV

Cuatro imputados por intentar matar a un empresario rosarino

El juez Román Lanzón aceptó la imputación propuesta por los fiscales por los delitos de homicidio calificado por haber sido cometido por precio o promesa remuneratoria y por el concurso premeditado de dos o más personas en grado de tentativa. Dictó prisión preventiva por el plazo de ley.

 

Cuatro personas involucradas en un plan para asesinar a un empresario rosarino fueron imputadas este mediodía por los delitos de homicidio calificado por haber sido cometido por precio o promesa remuneratoria y por el concurso premeditado de dos o más personas en grado de tentativa, con distintos grados de participación. El juez dictó prisión preventiva por el plazo de ley.

Este martes se llevó adelante audiencia imputativa a L.F, F.A.G y U.R por los delitos de homicidio calificado por haber sido cometido por precio o promesa remuneratoria y por el concurso premeditado de dos o más personas en grado de tentativa. Para L.F y F.G en calidad de instigadores; U.R en calidad de autor y G.P en carácter de participe primario y en carácter de instigador.

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Los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery les atribuyeron a L.F, F.G, U.R y G.R.P haber participado en la tentativa de homicidio de M. L ocurrido en calle Av. del Rosario 2700 de Rosario el 21 de abril pasado, a las 14 aproximadamente.

Según los fiscales, el 21 de abril pasado alrededor de las 14, U.R se presentó en el local comercial de la victima ubicado en Av. Del Rosario al 2700 y utilizando un arma de fuego calibre 9mm efectuó al menos tres disparos hacia M.L para luego darse a la fuga en una motocicleta Honda CB, pero fue detenido en Hilarión de la Quintana y Av. Francia diez minutos más tarde.

El ataque fue encargado por L.F quien contacto a las personas y acordó la modalidad y la forma de pago. L.F les señaló a los coimputados la persona que debía ser objeto del atentado enviándoles mensajes de whatsapp con direcciones y fotografías de la victima.

Su contacto era con G.P quien recibía los mensajes y los reenviaba a F.G quien a su vez se los retransmitía a los autores del hecho. Asimismo L.F concretó y acordó el precio del homicidio y además entrego dinero a G.P para costear la defensa penal de U.R quien se encontraba detenido por el primer hecho.

Por su parte F.G se encontraba detenido en la Unidad 3 de Rosario y fue el encargado de planificar el homicidio desde el lugar de detención. Se contacto con G.P. quien informaba los datos de ubicación, horarios, fotografías de vehículos y de las personas que serian las victimas; esa información luego era facultada a U.R y B.G.J quienes serían los ejecutores del homicidio.

Por su parte,  G.P es quien recibió el encargo de la tentativa de homicidio a M.L de parte de L.F y le entrega esa misión a F.G quien disponía de los recursos humanos y materiales para su concreción. Le reenviaba las fotos y demás datos que L.F le proporcionaba a F.G y además llevó a término tareas de seguimiento de las víctimas antes del atentado y con posterioridad al mismo con el objeto de terminar de concretar la tarea iniciada. Todo ello se lo informaba a F.G debido a que U.R no había logrado su cometido F.G, G.P, L.F y B.G. acordaron un segundo hecho contra M.L y/o N.L que debía ejecutarse en fecha 10 de mayo de 2021, el cual no llegó a concretarse debido a que fue detenido B.G por la Policía Federal Argentina en horas de la mañana.

De acuerdo al relato del fiscal Luis Shciappa Pietra las pruebas tuvieron que ver con «declaraciones de personas» pero fundamentalmente, con información de teléfonos celulares secuestrados en allanamientos y con intervenciones telefónicas».

«Es bueno recordar -detalló el fiscal-  que esto comenzó con una intervención telefónica realizada por la Fiscalía Federal, quienes nos manifiestan que tenían en una escucha a quien podría haber cometido el homicidio de Ocampo». «A partir de eso abrimos la investigación a todo un grupo de personas y vemos que no se trataba solamente de un encargo. Como dijo el juez en la resolución, si no fuera que lo estamos escuchando, no parecería real. A tal punto el nivel de desparpajo y de desprecio por la vida que se evidencian en estas comunicaciones», remarcó.

El funcionario judicial desmenuzó el funcionamiento de la organización y explicó que se trataba de un grupo de personas conducido por un hombre que estaba en la cárcel y cada uno tenía distintos roles. «Había uno que se ocupaba de procurar las posibles víctimas, otra que encargaba a un grupo de sicarios para que vayan a matar. Así es como damos con esta persona que quiere eliminar a su competencia comercial mandándolo a matar. En las comunicaciones se escucha sobre otros atentados que se estaban planificando, hablan de disparar o prenderle fuego a las víctimas».

 

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