MARTES, 26 DE NOV

Bajante del Paraná: gobernador de Entre Ríos admite gravedad y urgencia

Gustavo Bordet mencionó que impactan las represas que se construyeron en el lado de Brasil del río, por la que Cancillería argentina "interviene para que puedan evacuar agua y atenuar la situación". Puso el tema al tope de las preocupaciones coyunturales en la región.

Foto: Archivo. El gobernador entrerriano, Gustavo Bordet (der.) junto a su par Jorge Capitanich (izq.) y el ministro Kulfas, durante un acto en Puerto San Martín (Santa Fe).

 

El nivel del río Paraná finalizó una nueva semana en descenso tanto en Santa Fe como en varias ciudades de Entre Ríos, lo cual llevó al gobernador entrerriano Gustavo Bordet a asumir que la histórica bajante «es lo más urgente» que ocupa a la provincia.

«Esto genera mucha preocupación, es una bajante histórica que impacta en el agua potable, y esto es lo más urgente que hoy nos ocupa, además de lo ambiental», dijo Bordet, quien aseguró que está «en contacto permanente con todos los intendentes» de las ciudades a la vera del río.

Al entregar $5 millones para reacondicionar las barrancas de la localidad de Hernandarias, ante los deslizamientos producidos por la bajante, Bordet afirmó que «claramente hay un cambio climático, fundamentalmente en las nacientes de los ríos con la deforestación».

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«También en nuestra zona, con un cambio en los suelos y en los sistemas de cultivo que modifica las condiciones ambientales», agregó.

El mandatario provincial mencionó que impactan las represas que se construyeron en el lado de Brasil del río, por la que Cancillería argentina «interviene para que puedan evacuar agua y atenuar la situación».

Al finalizar la semana, el río bajó nuevamente hasta el 0 frente a la capital entrerriana, sigue lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros); de su altura promedio en junio (3,21 metros); y y el Instituto Nacional del Agua (INA) espera que baje hasta los -30 centímetros a mediados de julio.

En Diamante, la altura del río descendió hasta los 28 centímetros de altura, por debajo de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y de los 2,91 metros promedio para esta época del año, y 1,15 metros menos que el 6 de junio pasado.

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En La Paz, el río Paraná bajó 6 centímetros y alcanzó los 50 centímetros, 1,30 metros menos que hace un mes; muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y lejos de los 4,22 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.

Para esa ciudad entrerriana, el INA espera que la altura «continúe disminuyendo gradualmente» hasta alcanzar los 25 centímetros «en la segunda semana de julio», pero que «podría descender hasta los 0 centímetros».

En tanto, en Victoria el río volvió a bajar tras el repunte de los últimos días y alcanzó los 1,06 metros, lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas y de los 3,5 metros que tenía allí el río Paraná tan solo tres meses atrás, el 13 de abril.

La vista del río frente a la ciudad santafesina de Rosario.

El INA agregó que julio será «especialmente crítico, con afectación de todos los usos del recurso hídrico», principalmente en la «captación de agua fluvial para consumo urbano».

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En 1944, la situación fue peor que la actual: frente a Paraná, donde el río marcó 1,40 metros por debajo del cero, al igual que en Diamante (-1,38); Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).

Además, el organismo espera impactos en «las tomas de agua para consumo urbano; para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales», problemas en «la navegación fluvial; fauna íctica; estabilidad de márgenes» y una «exposición a incendios en márgenes e islas».

El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó que el gobierno provincial está «preocupado y ocupado», y que trabajan con «Nación, Municipios y los sectores afectados para construir herramientas y decisiones políticas que hagan pasar con menos sobresaltos» la bajante.

«Impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso», y que tienen habilitado «sólo un tercio de la exportación realizada en 2019», por lo que será «el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años», explicó Amavet.

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