JUEVES, 07 DE NOV

Sandías anaranjadas y cáscara negra: el peculiar cultivo de una familia jujeña

El cultivo de esta fruta, con pulpa de color rojizo, comenzó en 2019 a partir de la idea de un ingeniero que trajo semillas de la planta al país. La apuesta pertenece a un emprendimiento familiar en Palma Sola, localidad ubicada a unos 160 kilómetros al noreste de San Salvador.

 

La diversificación de cultivos por parte de pequeños productores en Jujuy gana espacio en la provincia, en particular al este provincial, donde se destacan la siembra de sandías anaranjadas y de cáscara negra, variantes novedosas en la región, destacaron desde el Ministerio de Producción local.

La apuesta pertenece a un emprendimiento familiar en Palma Sola, localidad ubicada a unos 160 kilómetros al noreste de San Salvador de Jujuy; y se suma a la producción de sandias amarillas, muy populares en Europa.

El cultivo de esta fruta, con pulpa de color rojizo, comenzó en 2019 a partir de la idea de un ingeniero que trajo semillas de la planta al país, contó Luis Peralta, quien encabeza el emprendimiento familiar.

La sandía amarrilla fue la primera en introducirse al mercado local, alcanzando un impacto que llevó de una producción con 500 plantas a más de 4.000 el año pasado, vendiéndose 90% de la fruta en el mercado local.

Y la semana pasada concretaron las primeras plantaciones de las variantes de pulpa anaranjada y la de cáscara negra: “De salir todo bien, en noviembre tendríamos la cosecha”, estimó Peralta.

Las variedades de sandía se suman a otras apuestas por parte de pequeños productores de la región de Yungas, al este provincial, vinculadas a frutas exóticas como la pitaya y la carambola, y de origen nativo como el chilto.

Los distintos cultivos están siendo difundidos desde el Ministerio de Producción local con el objetivo de fomentar nuevas iniciativas de desarrollo, el asociativismo entre productores y salidas sostenibles al mercado.

En el caso de la sandía amarrilla, también llamada “sandía melón”, popular en Europa, el color de su pulpa se debe a que posee una gran cantidad de carotenoides, pigmentos vegetales naturales que son muy buenos para evitar la degeneración de la mácula de los ojos.

Por su parte la sandía de pulpa anaranjada también debe su coloración a la concentración de células pigmentarias, siendo su cáscara del mismo aspecto que las conocidas popularmente y que en el país se producen principalmente en las provincias de la región del noreste.

De manera inversa, la sandía negra conserva el color rojo en su interior pero sin sus típicas semillas. En todos los casos, según comentó Peralta, mantienen el clásico dulzor característico de la fruta.

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