SáBADO, 30 DE NOV

A 15 años de la segunda desaparición de Julio López: “La causa está en la nada”

En declaraciones radiales, Rubén López (hijo de Jorge Julio) adelantó que la semana que viene irá junto a su abogado a reunirse con el fiscal de la causa "para ver qué piensa hacer de ahora en adelante y que tome alguna decisión con respecto a la investigación".

 

A 15 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, testigo clave en el primer juicio contra el represor Miguel Etchecolatz, su hijo, Rubén, se quejó de que la causa que investiga el hecho «está en lo mismo que siempre, en la nada».

«La causa está en lo mismo que hace 15 años, en la nada. No se ha investigado como corresponde, no se sabe. La investigación es nula al no darnos una conclusión exacta de lo que pasó. No soy yo quien tenga que responder eso (sobre el estado del expediente), sino el fiscal que lleva adelante la investigación», sostuvo el hombre.

En declaraciones a Radio Estación Sur, Rubén López adelantó que la semana que viene irá junto a su abogado a reunirse con el fiscal de la causa «para ver qué piensa hacer de ahora en adelante y que tome alguna decisión con respecto a la investigación».

«Hubo momentos, inclusive para los cinco años, que había aparecido un testigo y tuvimos la ilusión de que íbamos a encontrar algo y la decepción fue muy grande. A partir de ahí nos hicimos una coraza y cuando hay alguna información la tomamos con pinzas», relató.

Y agregó: «En 2014 apareció Etechecolatz con ese famoso papelito que decía `Jorge Julio López, secuestrado´ e intentó dárselo al tribunal, que lo rechazó por improcedente. Al otro día me presenté con nuestro abogado ante el fiscal para decirle que traiga a Etchecolatz y que nos explique qué quiso decir con eso: todavía estoy esperando que lo convoquen».

Por otro lado, el hijo del albañil desaparecido durante la última dictadura militar y en 2006, tras haber declarado en el juicio contra el temible represor Etchecolatz, señaló que «en algún momento va a haber que democratizar la Justicia» y que «los civiles» puedan preguntarles a los jueces sobre el avance de las causas que tienen a cargo.

«Hasta que no podamos controlar y ver que los jueces y fiscales hacen lo que tienen que hacer va a ser muy difícil. En la causa de Julio López en algún momento pedimos que se investigue quien debería haberlo cuidado y esa misma investigación fue archivada», cuestionó.

En 2006, el albañil, que vivía en la zona platense de Los Hornos, había relatado el horror de la aplicación de tormentos y asesinatos contra detenidos en el «Pozo de Arana», el sitio de la ciudad de La Plata donde se montó un centro de detención clandestina durante los años de la represión ilegal.

Ese año el Congreso había anulado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, por lo que comenzaron a reabrirse las causas por crímenes de lesa humanidad: Etchecolatz fue uno de los primeros genocidas en ser juzgados.

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