VIERNES, 29 DE NOV

La ONU, la Unión Europea y Estados Unidos condenaron la violencia en Kazajistán

Tras el quinto día de protestas surgidas por un aumento del gas, la Alta Comisonada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, pidió “abstenerse de la violencia”, el titular de la UE, Josep Borrell dijo estar “muy preocupado” y el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, pidió una “resolución pacífica”.

Referentes de la ONU, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos condenaron este jueves la violencia que estalló en Kazajistán hace cinco días, llamaron a las partes a buscar una solución pacífica al conflicto político y exigieron al Gobierno kazajo el restablecimiento del funcionamiento pleno de los medios de comunicación así como que se garantice los derechos y seguridad de la población civil.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió este jueves a todas las partes en conflicto en Kazajistán a «abstenerse de la violencia» y clamó por una «resolución pacífica» de la crisis.

«El derecho internacional es claro: las personas tienen derecho a la protesta pacífica y a la libertad de expresión. Al mismo tiempo, los manifestantes, sin importar cuán enojados o agraviados estén, no deben recurrir a la violencia contra los demás», dijo Bachelet en un comunicado.

También pidió a las autoridades de Kazajistán que garanticen el restablecimiento de los servicios de internet de forma inmediata y completa.

«Cerrar internet, frenar el acceso de las personas a la información y su derecho a la libertad de expresión, reunión y participación, así como una serie de otros derechos, no es la respuesta a una crisis, pero corre el riesgo de alimentar la violencia y los disturbios», dijo Bachelet, informó la agencia de noticias Sputnik.

En paralelo, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pidió a su par kazajo, Mukhtar Tileuberdi, una «resolución pacífica» a los disturbios sin precedentes registrados en el país.

En una llamada telefónica, «el secretario de Estado reiteró el pleno apoyo de Estados Unidos a las instituciones constitucionales y a la libertad de los medios de comunicación, y abogó por una resolución pacífica y respetuosa con los derechos de la crisis», según un comunicado de su oficina.

También este jueves, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, afirmó que la Unión Europea (UE) está «muy preocupada» por la situación en Kazajistán y por la presencia de tropas extranjeras en ese país de Asia central convulsionado por los disturbios.

La vocera de Relaciones Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Nabila Massrali, declaró que el bloque europeo condena los actos de violencia que tuvieron lugar durante los disturbios en la ciudad kazaja de Almanty, en el centro sur del país.

«Continuamos siguiendo de cerca la situación en Kazajstán, especialmente la situación tensa en Almaty. Condenamos los actos de violencia y vandalismo en Almaty, lamentamos la pérdida de vidas», dijo Massrali en conferencia de prensa.

Asimismo, agregó que la UE está dispuesta a contribuir al diálogo entre las fuerzas en Kazajistán.

«La violencia debe cesar, llamamos a todas las partes a moderación y solución pacífica de la situación», afirmó.

«Los derechos y la seguridad de los civiles deben ser garantizados. La asistencia militar extranjera evoca recuerdos de situaciones que deben evitarse», escribió Borrell en Twitter, tras el envío a Kazajistán de efectivos de Rusia y de sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).

Las protestas masivas estallaron el 2 de enero en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, en el oeste de Kazajistán, en principio por el aumento en la tarifa del gas.

Una comisión gubernamental determinó dos días después disminuir los precios del combustible.

Sin embargo, las protestas no cesaron y se extendieron a otras zonas del país, en particular a Almaty, centro comercial y cultural del país, derivando en violentos disturbios.

El estallido derivó en una de las mayores crisis políticas en Kazajistán, con multitudinarias protestas, ocho policías y militares muertos, incendios a edificios públicos, la renuncia en pleno del Gobierno y un pedido a Rusia para que ayude a controlar la situación, todas escenas inusuales en esta exrepública soviética de unos 19 millones de habitantes.

Las autoridades decretaron el estado de emergencia hasta el 19 de enero y el toque de queda que rige de las 11 de la noche hasta las 7 de la mañana.

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