VIERNES, 22 DE NOV

El presidente de Kazajistán no negociará y autoriza a policías «disparar a matar» para frenar las protestas

Kasim-Yomart Tokayev calificó a los manifestantes de “terroristas” y de “bandidos armados y preparados, tanto locales como extranjeros”. También juzgó que son "profesionales de la subversión ideológica” y “capaces de manipular los ánimos".

El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokayev, dió la orden expresa de «disparar a matar» sin previo aviso contra los manifestantes -que califica de «terroristas»- que en los últimos días protagonizan protestas que dejaron al menos 3.000 detenidos, según informa este viernes la prensa local

«Di la orden a los órganos de la policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso», dijo el mandatario y alertó no dialogará «con bandidos armados y preparados, tanto locales como extranjeros».

Tokayev asegura que unos 20.000 «extremistas» son lo que protagonizan y atizan los violentos disturbios en la antigua capital del país, Almaty.

«Es de importancia crucial entender por qué los preparativos de ataques terroristas, por parte de células durmientes en la clandestinidad, han pasado desapercibidos por el Estado. Solo Almaty ha sufrido el ataque de 20.000 extremistas», aseguró en un discurso al pueblo transmitida por el canal de televisión Khabar 24.

En los disturbios -asegura- se ve la mano de «profesionales de la subversión ideológica, hábiles en el manejo de desinformación y noticias falsas y capaces de manipular los ánimos».

Mientras escala la tensión, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidieron el fin de la violencia en Kazajistán, e instaron moderación a las partes.

«Los derechos y la seguridad de los ciudadanos son primordiales y deben ser garantizados. Llamo al fin de la violencia y a la moderación», dijo Von der Leyen en una conferencia conjunta con Macron, quien apoyó esta declaración.

El mayor país de Asia central es escenario de una inédita revuelta estallada el domingo en las provincias, tras una brusca subida del precio del gas, que se extendió a otras ciudades, y sobre todo a Almaty, la capital económica, donde las manifestaciones se convirtieron en violentos y caóticos disturbios.

Una comisión gubernamental determinó el martes bajar los precios del combustible, pero las protestas no cesaron, derivando en violentos disturbios que hasta el momento dejaron un número indetermminado de muertos y centenares de heridos.

Según los informes oficiales, 18 agentes de seguridad perdieron la vida y 748 sufrieron lesiones en los disturbios.

Del otro lado, según el Ministerio del Interior kazajo, fueron abatidos 26 individuos armados y 18 más resultaron heridos.

En los disturbios fueron saqueados locales de varias cadenas de televisión, e incendiadas la alcaldía de Almaty y la residencia presidencial, cuya fachada estaba ennegrecida por las llamas.

La intensidad y lo abrupto de los disturbios causaron impacto en Kazajistán, un país de 19 millones de habitantes, rico en recursos naturales y reputado por su Gobierno tan estable como autoritario.

Tokayev solicitó a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) enviar fuerzas de paz para hacer frente a «la amenaza terrorista» y a los intentos de socavar la integridad del Estado kazajo.

La OTSC, que aglutina a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán, respondió de inmediato a la solicitud y el primer contingente llegó el 6 de enero.

Las autoridades kazajas decretaron el estado de emergencia hasta el 19 de enero y el toque de queda que rige de las 11 de la noche hasta las 7 de mañana.

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