VIERNES, 29 DE NOV

Olmos Gaona y la deuda externa: “Los gobiernos hacen siempre lo mismo, patean para adelante”

El historiador y especialista en la temática de la deuda externa en el país, en diálogo con Conclusión, consideró que “no hay decisión política” para implementar alternativas a la hora de afrontar el problema.

 

Semanas atrás el Gobierno nacional logró el tan mentado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional avalado por el Congreso, tras dos años de negociaciones. La economía real, por su parte, continúa su caída libre con una crisis inflacionaria que golpea a los sectores más vulnerables.

Alejandro Olmos Gaona, historiador y especialista en la problemática de la deuda externa en el país estuvo en Rosario para presentar su último libro “Deuda o Soberanía, verdades ocultas sobre la dependencia” en el teatro de la Asociación Empleados de Comercio.

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Tras el evento, el intelectual dialogó con Conclusión sobre las alternativas del país frente a la deuda externa y las consecuencias que su pago conlleva para el pueblo argentino. “Todas las soluciones que se esbozaron y aplicaron no sirvieron para solucionar el tema”, “no se puede contraer deuda nueva para pagar deuda vieja o financiar gasto público”, “hay que llamar a los empresarios a los que se les pagó la deuda para que empiecen a devolver la plata”, “se dice que si no se paga va a ser una catástrofe”, fueron algunas de las definiciones de Olmos Gaona.

 

-¿Qué hay que hacer con la deuda?, ¿es imprescindible el pago?

-Siempre se hace lo mismo con la deuda, hay dos opciones que sostienen casi todos: si la deuda se puede pagar se paga y si no se refinancia. Eso determinó que cuando se fue la dictadura tuviéramos una deuda de 45 mil millones, durante décadas pagamos 400 mil millones y hoy tenemos una deuda de 370 mil millones de dólares. Vemos que todas las soluciones que se esbozaron y aplicaron no sirvieron para solucionar el tema. Yo veo que hay que hacer cosas distintas. En principio realizar una auditoría general de la deuda para saber qué se debe pagar y qué no. Después hacer un censo acreedor para saber quiénes son los tenedores de la deuda, no negociar con fondos de inversión que tienen títulos que nadie sabe de quién son. En tercer lugar, establecer reglas claras, como establece el artículo 4º de la Constitución, que la deuda debe ser contraída para una inversión productiva o para una emergencia determinada. No se puede contraer deuda nueva para pagar deuda vieja o financiar gasto público, como se ha hecho siempre en Argentina porque el que paga la deuda es el pueblo argentino, no los funcionarios que la negocian. Otra cuestión clave es que la mitad de la deuda contraída por la dictadura corresponde a empresas privadas. Esas empresas privadas como se hizo auditoría en el Banco Central y se demostró que no eran reales, sino ficticias, tendrían que llamarlos a esos empresarios para que empiecen a devolver la plata. Eso significaría contar con 140 mil millones de dólares, o sea más de cuatro veces la deuda con el Fondo, y serviría para que la economía argentina cambie sustancialmente.

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-¿Por qué nunca se llega a aplicar esta auditoría que muchos sectores proponen?

-No hay decisión política, hay convencionalismo en las formas operativas, se hace siempre lo mismo, se tiene metido en el cerebro que otra cosa no se puede hacer, que es imposible, que la relación de fuerzas… Hay clichés que se esgrimen, se dice que si no se paga va a ser una catástrofe. Y cuando se dejó de pagar en 2001 y se volvió a pagar a fines de 2003, no hubo ninguna catástrofe, al contrario, creció la inversión extranjera directa, creció el producto bruto interno, acá hay muchas ficciones que se plantean para que el sistema financiero siga manejándose como siempre lo hizo en el país. No hay propuestas creativas ni tratar de hacer algo distinto. Siempre se hace lo mismo, estas son las consecuencias que estamos pagando, que no las paga el que lo negocia, que es un presidente o un ministro que tiene asegurada su vida, el que la paga es el pueblo argentino que sufre las consecuencias.

-¿Cuáles son las consecuencias de pagar la deuda en este momento?

-Las consecuencias son la pobreza, la marginalidad, la falta de planes de vivienda, de buenas escuelas, hospitales. En 1973 el índice de pobreza era del 4,5% y hoy es más de 45%. ¿Cómo es posible? Los dirigentes hablan, pero no hacen lo que tienen que hacer para terminar con la pobreza.

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-¿Por qué el país no puede salir del círculo vicioso de la deuda?

-No ven otras salidas que el convencionalismo, que pateando la deuda para adelante en algún momento el país va a crecer, pero cómo puede hacerlo si tiene que pagar cifras escalofriantes de deuda por año. Cómo va a hacia adelante un país cuando los grandes consorcios extractivos se llevan todo el mineral que quieren, nadie controla, se llevan las riquezas del país, no hay un gobierno que tenga la decisión de terminar con eso. Una de las cosas increíbles es lo que pasa con el río Paraná y la hidrovía. Un negocio descomunal, en el que se va el 80% de la producción argentina, a través de un consorcio que se mantuvo hasta hace poco tiempo, a través de concesiones que se fueron prorrogando sistemáticamente y donde nadie controlaba nada. Ahora, hace poco tiempo un grupo de personas han descubierto el tema de la hidrovía, cuando esto comenzó en 1995 y en 2010 Cristina Fernández prorrogó por once años una concesión para enriquecer a un grupo minoritario de personas. Si esto no está claro y se sigue con la ficción de gobiernos populares que no trabajan para el pueblo y que se llenan la boca de discursos, las cosas van a seguir de esta manera.

 

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