Francisco a los ancianos: «Ustedes son los protagonistas de la revolución de la ternura»
Se presentó en el Vaticano el mensaje para la II Jornada Mundial de los Abuelos que se celebrará el próximo 24 de julio.
- Info general
- May 10, 2022
La ancianidad no es un tiempo inútil en el que nos hacemos a un lado, abandonando los remos en la barca, sino que es una estación para seguir dando frutos. Hay una nueva misión que nos espera y nos invita a dirigir la mirada hacia el futuro, escribe el papa Francisco en su mensaje con motivo de la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores que se celebra el cuarto domingo de julio -este año el 24 de julio- sobre el tema «En la vejez todavía darán fruto», refiriéndose a la revolución de la ternura, “una revolución espiritual y desarmada de la que los invito, queridos abuelos y ancianos, a ser protagonistas”.
En su mensaje difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el pontífice recuerda cómo el mundo vive “un tiempo de dura prueba, marcado primero por la tormenta inesperada y furiosa de la pandemia, luego por una guerra que hiere la paz y el desarrollo a escala mundial”. “No es casualidad que la guerra haya vuelto a Europa cuando la generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo. Y estas grandes crisis corren el riesgo de volvernos insensibles al hecho de que hay otras ‘epidemias’ y otras formas generalizadas de violencia que amenazan a la familia humana y nuestra casa común. Frente a todo esto, necesitamos un cambio profundo, una conversión, que desmilitarice los corazones, permitiendo que cada uno reconozca un hermano en el otro”.
El Papa indica entonces para los abuelos y los ancianos “una gran responsabilidad”: “Enseñar a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo a mirar a los demás con la misma mirada comprensiva y tierna que volvemos a nuestros nietos. Hemos afinado nuestra humanidad en el cuidado de los demás y hoy podemos ser maestros de una forma de vida pacífica y atenta a los más débiles. Lo nuestro, quizás, podría confundirse con debilidad o sumisión, pero serán los mansos, no los violentos y los hacedores, quienes heredarán la tierra”.
Francisco pidió a los abuelos que, cómo hacen con sus nietos, tengan sobre sus rodillas «con la ayuda concreta o al menos con la oración, a todos aquellos nietos atemorizados que aún no hemos conocido y que quizá huyen de la guerra o sufren por su causa. Llevemos en nuestro corazón a los pequeños de Ucrania, de Afganistán, de Sudán del Sur», instó en su mensaje.
Por otra parte, el Papa volvió a condenar lo que llama la «cultura del descarte» que considera que «los ancianos no nos conciernen y se piensa que es mejor que estén lo más lejos posible, quizá juntos entre ellos, en instalaciones donde los cuiden y que nos eviten tener que hacernos cargo de sus preocupaciones».
Y criticó que «las sociedades más desarrolladas invierten mucho en esta edad de la vida, pero no ayudan a interpretarla; ofrecen planes de asistencia, pero no proyectos de existencia».
También pidió a los mayores que se impliquen en las relaciones con la familia, los hijos y los nietos, así como con las personas pobres y afligidas. «Todo esto nos ayudará a no sentirnos meros espectadores en el teatro del mundo, a no limitarnos a ‘balconear’, a mirar desde la ventana», señaló.
«La ancianidad no es un tiempo inútil en el que nos hacemos a un lado, abandonando los remos en la barca, sino que es una estación para seguir dando frutos. Hay una nueva misión que nos espera y nos invita a dirigir la mirada hacia el futuro», les dijo el Papa a los mayores.
Para concluir, Francisco invita a celebrar juntos la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, invitando a las parroquias y a las comunidades a visitarlos «en su casa o en las residencias donde son huéspedes», porque de un encuentro puede nacer la amistad. «Hagamos que nadie viva este día en la soledad. ¡La visita a los ancianos solos es una obra de misericordia en nuestro tiempo!».
Pidamos a la Virgen, Madre de la Ternura, que nos haga a todos artífices de la revolución de la ternura, para liberar juntos al mundo de la sombra de la soledad y del demonio de la guerra.
Fuente: aica.or