MARTES, 26 DE NOV

Rendición en Mariupol: ya son más de 1.700 los soldados que la Cruz Roja registra como prisioneros de guerra

El Ministerio de Defensa de Rusia indicó en su informe diario del conflicto con Ucrania que “en las últimas 24 horas, 771 combatientes del regimiento nacionalista de Azov se rindieron”. Ucrania manifestó que buscará un intercambio de prisioneros.

Rusia dijo este jueves que otros cientos de los últimos soldados ucranianos que quedaban atrincherados en la acería de Azovstal, en la ciudad de Mariupol, se rindieron, con lo que el total de esta semana se elevó a 1.730, mientras que la Cruz Roja dijo que los registró como prisioneros de guerra.

«En las últimas 24 horas, 771 combatientes del regimiento nacionalista de Azov se rindieron», indicó el Ministerio de Defensa ruso en su informe diario del conflicto, en relación a los soldados ucranianos que se encontraban atrincherados desde hace semanas en túneles y búnkeres de la planta siderúrgica de Mariupol, la estratégica ciudad en el sureste de Ucrania que se encuentra bajo el control de las fuerzas rusas.

«En total, desde el 16 de mayo 1.730 combatientes se rindieron, incluyendo 80 heridos», agregó, informó la agencia de noticias AFP.

El Ministerio difundió un video que muestra a soldados saliendo de la planta, algunos visiblemente heridos y otros utilizando muletas. Soldados rusos los cachean e inspeccionan sus mochilas mientras salen.

Según las autoridades rusas, los soldados heridos fueron trasladados a un hospital en territorio controlado por Rusia en el este de Ucrania.

Ucrania manifestó que buscará un intercambio de prisioneros, pero Moscú no dio una respuesta definitiva sobre esta cuestión.

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que el registro de los prisioneros de guerra ucranianos, entre los cuales hay soldados heridos, comenzó este miércoles en virtud de un acuerdo entre Ucrania y Rusia.

La organización humanitaria internacional con sede en Ginebra, que tiene experiencia con prisioneros de guerra e intercambio de prisioneros, señaló, sin embargo, que sus equipos no trasladaron a los combatientes «a los lugares donde están retenidos», que no precisó.

Aún se desconoce la suerte que correrán los soldados que estaban atrincherados en la acería Azovstal luego de que el liderazgo militar ucraniano les permitiera rendirse.

Algunos de ellos fueron llevados por tropas rusas a una colonia penitenciara en territorio de la región oriental donde queda Mariupol, conocida como Donbass, bajo control de separatistas prorrusos.

La Cruz Roja dijo que reglas de la Convención de Ginebra sobre el trato de prisioneros obligan a autorizarla a entrevistar a los soldados capturados «sin testigos» y que las visitas a ellos no deben ser «restringidas indebidamente».

La organización no aclaró cuántos prisioneros de guerra ucranianos fueron registrados en Mariupol entre los que estaban en la acería, que era el único lugar de la devastada ciudad donde todavía quedaban combatientes ucranianos.

Rusia conquistó la sureña ciudad portuaria a orillas del mar de Azov hace un mes luego de bombardearla y sitiarla durante semanas.

La toma de Mariupol tiene para el Kremlin un valor relevante por lo simbólico, pero también por lo estratégico, porque contribuye a sus planes de unir la anexionada península de Crimea en el sur con las regiones separatistas del Donbass, en el este ucraniano.

No queda claro cuántos soldados más quedan en Azovstal. Rusia estimó previamente que había unos 2.000.

En Kiev, en tanto, Vadim Shishimarin, primer soldado ruso juzgado en Ucrania por crímenes de guerra, pidió «perdón» hoy ante un tribunal, mientras detallaba cómo mató a un civil al inicio de la invasión iniciada el 24 de febrero pasado.

«Sé que no podrá perdonarme, pero de todos modos pido perdón», dijo el sargento ruso de 21 años, que enfrenta a una posible cadena perpetua por cargos de crímenes de guerra y asesinato premeditado, a la esposa de la víctima.

En la región ucraniana del Donbass, en tanto, ataques del Ejército ruso mataron a seis civiles, cuatro de ellos en bombardeos a una de las pocas grandes ciudades de la zona que sigue bajo control ucraniano, informaron hoy autoridades.

La conquista del Donbass ha sido declarada por Rusia como objetivo de una nueva fase de la invasión a Ucrania, luego de haber retirado las tropas que tenía desplegadas en torno a Kiev, la capital, a fines de marzo.

Desde hace días, algunas de las hostilidades en el Donbass se centran en la ciudad de Severodonetsk, en la provincia de Lugansk, que está «prácticamente rodeada» por las fuerzas rusas, según sus autoridades.

En la región de Kursk, en el extremo occidental de Rusia y cercana a la frontera con Ucrania, en tanto, un camionero murió hoy y otras personas resultaron heridas, informó el gobernador.

«Otro ataque enemigo en Tetkino, que tuvo lugar de madrugada, terminó en tragedia, desafortunadamente. Por el momento, sabemos de al menos un civil muerto», dijo el gobernador Roman Starovoit a través de la red social Telegram.

La carta diplomática a la resolución del conflicto se vio nuevamente opacada hoy, cuando un asesor del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que el país no aceptará ningún alto el fuego hasta que Rusia retire las tropas de su territorio.

El comunicado de Mijailo Podoliak, que participó de varias rondas de negociaciones con Rusia, parece reflejar cierta confianza respecto a la marcha de la guerra, en medio de afirmaciones de las potencias de Occidente de que la ofensiva rusa está estancada.

“No nos ofrezcan un cese del fuego…esto es imposible sin una retirada total de las tropas rusas», dijo Podoliak en Twitter.

Desde la contraparte, en tanto, el viceprimer ministro de Rusia, Marat Jusnulin, advirtió que si los ucranianos quieren energía de la central de Zaporiyia -en territorio ucraniano, pero bajo dominio ruso desde principios de marzo en el marco de la invasión-, deberán pagarla.

En 2021, antes de la ofensiva rusa contra Ucrania, la central de Zaporiyia representaba 20% de la producción anual ucraniana de electricidad.

Las declaraciones del funcionario y otras de altos responsables rusos en las últimas semanas dan a entender que Moscú prepara una ocupación duradera o incluso una anexión de algunas zonas del sur de Ucrania, que controla.

En la ONU, en tanto, Italia entregó al secretario general de esa organización, António Guterres, un plan de cuatro etapas para restablecer la paz en Ucrania.

Estas etapas abordan un cese del fuego (y mecanismos de supervisión del mismo), la neutralidad de Ucrania (respaldada por una «garantía» política internacional), la cuestión territorial (en primer lugar, el estatus de la península de Crimea -anexada por Rusia en 2014- y la región del Donbass) y un nuevo acuerdo multilateral sobre la paz y seguridad en Europa.

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