SáBADO, 23 DE NOV

Treinta días bastan y sobran

Por Guillermo Griecco

Por Guillermo Griecco

El gobierno de Mauricio Macri va por todo. Sus primeros 30 días en la presidencia bastan y sobran para comprender el drástico “cambio” de paradigma político, económico y social que sufrió el país. El líder del PRO hizo en el primer mes de gestión, apurado y a los golpes, todo lo prometido en la campaña y más. Primero anuncios económicos: quita de retenciones, desregulación financiera, cambiaria, industrial y petrolera, y megadevaluación. Después, eligió a dedo a dos integrantes de la Corte Suprema, anuló la ley de medios, despidió trabajadores púbicos a mansalva y hasta fomentó el disciplinamiento obrero con palos y balas de goma. ¿Esta es “la Argentina que soñamos”?

La gestión amarilla –llena de ex directivos de bancos privados y de empresas multinacionales que atienden de los dos lados del mostrador– contrastó enseguida con los doce años de kirchnerismo. Con decisiones a través de decretos de necesidad y urgencia, el macrismo aplicó medidas que favorecen a sectores concentrados de la economía con una fenomenal transferencia de ingresos. Se disparó la inflación y el salario real se deterioró. Macri gobierna para los ganadores de siempre, en detrimento de las mayorías populares.

El macrismo llegó al poder por un escaso margen de votos, que mostró una Argentina en dos mitades. Su gobierno partió de un piso alto, por eso llevará tiempo hasta que el daño de sus políticas se palpe en el grueso de la población. El kirchnerismo dejó un nivel de desempleo bajísimo, desendeudamiento, reservas en el Banco Central, ingresos expandidos, consumo alto, inclusión social. En fin, una serie de conquistas que incluso cobran más relevancia a partir del camino contrario desandado por el ex presidente de Boca Juniors. En su rol de opositor, el kirchnerismo dejó ver que mantiene capacidad de movilización como para intentar defender el legado.

La ley del más fuerte

El decreto de necesidad y urgencia (DNU) 267 firmado por el presidente Macri crea el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y anula el espíritu de las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y de Telecomunicaciones Argentina Digital. Es un DNU a medida del grupo Clarín, el principal monopolio multimediático del país al que el líder del PRO le debe grandes favores. La iniciativa borra de un plumazo los avances que introdujo la ley de medios, que si bien nunca terminó de aplicarse en plenitud gracias a las trabas clarinescas, sí logró dar pasos firmes hacia la desconcentración y la democratización comunicacional, más allá de las críticas que puedan hacerse a la gestión de Martín Sabbatella en el organismo.

La decisión del presidente de fusionar por decreto la Afsca y la Aftic bajo el ala del Enacom –que presidirá Miguel de Godoy– y modificar la ley de medios volvió a burlar el sistema parlamentario donde se debaten las normas. Con el Congreso dibujado, Macri resolvió prorrogar por diez años las licencias vigentes de radio y TV abierta y por cable, ampliar la cantidad de licencias que puede tener un solo medio y habilitar su transferencia. Es decir, la iniciativa es a favor de la concentración y no al revés. Es a favor de Clarín, que tiene sed de venganza.

La más beneficiada por el polémico DNU es la empresa Cablevisión, del grupo que comanda Héctor Magnetto, a la que le da un empujón para que pueda prestar servicios con soporte satelital y, de paso, posterga el ingreso de las telefónicas al negocio de la TV paga hasta 2018. Entre los fundamentos de los cambios en el terreno de la comunicación, el macrismo expuso la necesidad y la urgencia de hacer confluir la telefonía fija y móvil, internet y la TV por suscripción, como quería Cablevisión. No por casualidad el grupo Clarín celebró el DNU bajo el argumento empresarial de que “promueve la competencia”. Con la modificación, las empresas de cable tendrán una licencia nacional única. Monopolios sí, pluralidad informativa no.

Macri gobierna por decreto en todos los frentes para los grupos concentrados de la economía. Para rastrear la decisión de un gobierno de anular una ley por decreto (la de Medios, en este caso) hay que ir hasta la última dictadura. La catarata de DNU en el primer mes de gestión escurre en el mismo sentido: busca dejar atrás el Estado de bienestar para darle paso al Estado empresario, al Estado atendido por sus propios dueños, con ex ejecutivos y ex gerentes de grandes compañías ocupando lugares clave, por lo que ya no necesitan de intermediarios ni hacer lobby frente al poder político.

Sabbatella, ex titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), afirmó que el decreto que crea el Enacom y modifica la ley de medios es “brutal, ilegal y anticonstitucional” y “responde a los intereses de (Héctor) Magnetto y Clarín”. También consideró: “En Argentina tenemos un gobierno elegido por el pueblo que actúa como gobierno de facto”, al sostener que el presidente Macri gestiona mediante la “decretomanía”.

La Coalición por una Comunicación Democrática nació antes de la sanción de la ley de medios. Está integrada por más 300 organizaciones libres del pueblo y elaboró los 21 puntos que dieron fundamento a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Esa experiencia, como recuerda el Sindicato de Prensa Rosario, “fue el punto más alto de organización en la construcción de una norma que ahora se pretende borrar en beneficio de la urgencia del monopolio Clarín-Magnetto”. El gobierno de Macri persigue “militantes”, hace una caza de brujas de kirchneristas en reparticiones públicas. Y también censura.

Cambiemos cuenta con un blindaje mediático notable que le da total impunidad. ¿Qué periodista o programa fue levantado o censurado por criticar al kirchnerismo, del que se dijeron barbaridades y agredieron e insultaron a la figura presidencial hasta el cansancio? Los casos de 678, TVR, los programas de radio Nacional, Víctor Hugo Morales, son muestra de la intolerancia del macrismo para con los que piensan distinto. Es una actitud censuradora que golpea el derecho humano de la libertad de expresión.

La ley de medios fue discutida durante años a lo largo y ancho del país y aprobada por una amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso. Hasta la Corte Suprema que declaró constitucional frente a las maniobras jurídicas de Clarín y sus seguidores. Clarín es uno de los grupos económicos más importantes del país. Hace abuso de su posición dominante en el mercado de la comunicación. Aborda la información como mercancía para conseguir objetivos económicos y políticos. La gran concentración de Clarín fue cocinada al calor de la última dictadura y multiplicada durante el menemismo.

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