MARTES, 26 DE NOV

Llaman a detener la deforestación para conservar a la población del tatú carreta

Así lo advierten a partir de un estudio del Conicet con el fin de proteger a una especie de armadillo gigante coniderada la más grande del mundo.

 

Un estudio del Conicet advierte que es necesario detener la deforestación en el Gran Chaco para conservar a la población del tatú carreta, una especie de armadillo gigante considerada la más grande del mundo en la actualidad.

Según el informe, el tatú carreta únicamente habita en la región argentina del Gran Chaco y solo subsiste en áreas protegidas que equivalen a un 10% de su hábitat natural.

Las causas de este decrecimiento, explican los autores y autoras en el artículo, recientemente publicado en el Journal for Nature Conservation, están estrechamente vinculadas a la deforestación.

Asimismo, señalan que es necesario restaurar la conectividad del hábitat y conservar los bosques nativos restantes.

El tatú carreta (priodontes maximus) es el mayor de los armadillos vivos y puede llegar a medir un metro y medio, con un peso de hasta sesenta kilos, que esta catalogada como una especie vulnerable a la extinción a nivel global según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y en peligro de extinción de acuerdo a la Categorización de Mamíferos de la Argentina.

El tatú es un animal solitario y nocturno, tiene una baja tasa reproductiva y se alimenta casi exclusivamente de hormigas y termitas.

“Este es uno de los primeros estudios de este tipo sobre la especie, que por sus complejos hábitos es muy difícil de detectar. Lo que sabemos hasta ahora es que su rol es muy importante porque actúa como un ingeniero de los ecosistemas» señaló Yamil Di Blanco, investigador del Conicet en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, Conicet-Unam), primer autor del estudio y principal referente en la especie en el país.

El grupo de investigación trabajó durante casi tres años, entre 2017 y 2019, buscando las madrigueras.

Recorrieron más de 350 kilómetros en áreas con diferentes niveles de protección en las provincias de Chaco, y Santiago del Estero, incluyendo dos parques nacionales (Copo y El Impenetrable), tres parques provinciales (Loro Hablador, Fuerte Esperanza y Copo), además de zonas transformadas para la producción agrícola-ganadera.

Durante el trabajo de campo, se registraron más de cien madrigueras y más de 300 excavaciones de alimentación.

Según este estudio, se pudo determinar que la probabilidad de aparición de estas excavaciones fue mucho mayor en los bosques, dentro o cerca de las áreas protegidas.

La región de Gran Chaco es la mayor ecorregión de Sudamérica y registra una de las tasas de deforestación más altas del mundo, principalmente debido a la transformación de sus ambientes naturales en áreas destinadas a cultivos como la soja o al pastoreo de ganado vacuno.

La pérdida de estos bosques nativos afecta directamente a la supervivencia de la fauna, amenazando a especies como el armadillo gigante.

“A pesar de que aún existe una matriz de bosques en buen estado de conservación en la porción norte de la región chaqueña argentina, la cacería de fauna silvestre en estos bosques también es muy alta y está provocando un fuerte proceso de defaunación, sobre todo en especies de grandes mamíferos o de alto valor de conservación, como el yaguareté o el tatú carreta», explicó Verónica Quiroga, investigadora del Conicet en el Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA, Conicet-UNC) y coautora del estudio.

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