JUEVES, 28 DE NOV

El Papa Francisco le envió una carta a los profesores de derecho penal

El Sumo Pontífice le escribió a la Asociación Argentina de Profesores de Derecho Penal y aseguró que para llevar a cabo esta profesión se necesitan personas "conscientes del gran deber que cumplen".

 

Como ya es habitual, el sumo pontífice realizó una nueva carta y en esta oportunidad estuvo dirigida a la Asociación Argentina de Profesores de Derecho Penal (AAPDDP). Entre sus líneas destacó que, «para que la función penal no se convierta en un mecanismo cínico e impersonal, necesitamos personas nutridas en formación técnica, pero sobre todo apasionadas por la Justicia, conscientes del gran deber que cumplen«.

A lo que además añadió que «solo así ninguna norma será un fin en sí misma, sino que todas estarán al servicio de las personas implicadas, ya sean los autores de los delitos o las víctimas que han sido ofendidas».

El Papa dijo en la nota dirigida a la asociación, en la figura de Alejandro Slokar -titular de la Cámara Federal de Casación Penal- que: «necesitamos docentes y jueces que asuman la misión que implica su vocación como servidores del Derecho».

En otro fragmento de la carta reflexionó que, «muchas veces se produce un desplazamiento de las personas hacia las estructuras, de tal modo que no es el ethos el que le da forma a las estructuras, sino las estructuras quienes producen el ethos y delimitan la ética profesional».

El sumo pontífice recordó a los especialistas en Derecho Penal que «en anteriores ocasiones señalé la misión que tienen los juristas para contrarrestar la irracionalidad punitiva y observé con preocupación el uso arbitrario de la prisión preventiva, la prisión perpetua, el encarcelamiento masivo, el hacinamiento y las torturas en las cárceles, como también la arbitrariedad y el abuso de las fuerzas de seguridad, la criminalización de la protesta social y el menoscabo a las garantías penales y procesales más elementales«.

«Desde entonces, algunos de los problemas solo han empeorado. Esto es lo que sucede con el incremento del uso indebido del encierro y el consiguiente deterioro de las condiciones de detención, junto al incentivo involuntario a la violencia o al uso desproporcionado de la fuerza, que llega a configurar situaciones de una auténtica pena de muerte informal».

Para finalizar el escrito que resultó de gran contundencia, enfatizó «el llamamiento que realizo a ustedes, como expertos, es que contribuyan a la promoción del ejercicio de las funciones académicas y judiciales con apego a compromisos éticos».

 

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