Salta 2141: once años de impunidad y una sola familia persiguiendo justicia

En este capítulo Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con Adrián Gianángelo, integrante de la única familia que no se resigna a encontrar justicia y que llevó la causa a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

 

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El 6 de agosto de 2013 se produjo la mayor tragedia de la historia de la ciudad. Una explosión, consecuencia de un escape de gas, en calle Salta 2141, terminó con la vida de 22 personas. Además, otras 60 resultaron heridas y hubo incalculables daños materiales.

En el difícil camino de la tan ansiada justicia, la familia de Débora Gianángelo fue la única que quedó como querellante en la causa penal judicial. A once años de la tragedia, su hermano Adrián, denunció que “la justicia falló al absolver a los culpables, negándoles cualquier sentido de paz y justicia”.

En este capítulo, Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron Adrián Gianángelo, quién con su firmeza habitual, brindó detalles de un espinoso camino que lleva 11 años sin justicia. “Fue muy difícil, la mayoría de los testigos no podía decir nada. A nosotros nunca nos llamaron para un acuerdo porque saben que a esta familia nos mueve el amor, nada más, y que la vida de mi hermanita no tiene precio. Lamentablemente la justicia falló al absolver a los culpables, negándonos cualquier sentido de paz y justicia”.

Adrián no duda en afirmar que no van a aceptar como familia – la única querellante – en aceptar la impunidad del caso que conmocionó al país y al mundo. “No hay palabras para expresar la injusticia que sentimos al saber que los culpables gozan de libertad mientras nuestra hermanita Débora ya no está. Nuestra lucha por justicia no cesará hasta que se haga valer la vida de mi hermana y se responsabilice a aquellos que le arrebataron el futuro. Es tiempo de alzar la voz y exigir un sistema judicial imparcial, donde impere la justicia y no la impunidad. Nadie ha sido responsabilizado por las 22 muertes y los 60 heridos, solo hubo 11 imputados y nadie preso”.

Una familia que no se rinde, que no baja los brazos y que tiene como única meta, cobijar la memoria de Débora y de todos aquellos que merecen descansar en paz, y la única forma de que eso suceda, es abrazando justicia. “Llevamos la causa de Salta 2141 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Las sentencias fueron arbitrarias construidas sobre la impunidad y decimos el tiempo pasó, pero la impunidad sigue. Se nos va la vida, pero la dignidad y el amor y la lucha por mi hermanita se queda aquí”.

 

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