Así pueden influir de forma positiva las mascotas en la vida de las personas
El 70% de los que comparten techo con un perro se confiesan con él y le explican cosas que no cuentan a nadie más.
- Corazón Animal
- Mar 20, 2020
Aquello que se dice de que el perro es el mejor amigo del hombre tiene un fundamento, y es que, muchas personas cuentan a su compañero de cuatro patas como a uno más de la familia. No solo los perros entran dentro de esta categoría, los felinos también pueden ser una gran compañía.
Un 47,5% de la población convive con un animal y, dentro de este grupo, el 70% de los que comparten techo con un perro se confiesan con él y le explican cosas que no cuentan a nadie más. Así lo cuenta un estudio de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que se dedica a estudiar y profundizar sobre el vínculo existente entre las personas y su animal de compañía.
Este vínculo aporta un millar de beneficios a los dueños de animales de compañía. Jaume Fatjó, director de la cátedra Fundación Affinity Animales y Salud, comenta que aunque cada relación de dueño y animal de compañía es distinta, al igual que ocurre con las relaciones humanas, estas suelen tener elementos comunes. El profesional destaca dos: la sensación de compañia y el apoyo emocional.
«La gente dice que se siente acompañada, encima es una compañía constante. A veces tenemos una red social muy amplia pero no todas las personas están disponibles todo el tiempo. La gente que tiene animales siente que cuando llega a casa después de un largo día siempre está su perro o gato esperándole ahí», afirma Jaume Fatjó.
Más fácil junto a nuestra mascota
Por otro lado está el apoyo emocional. Explica el experto que un animal de compañía puede ayudarnos a superar momentos difíciles, «que no tienen que ser tragedias», pero simplemente tras un día complicado, se puede sentir un apoyo.
Los datos del estudio refuerzan esta idea. El 80% reconoce que la presencia y compañía de su perro les ha ayudado a superar un momento difícil de sus vidas. El 90% de los españoles se siente constantemente acompañado por su perro, así como el 73% considera que éste está constantemente pendiente de él.
Aunque pueda parecer que los perros son animales con los que se forja con mayor facilidad un vínculo emocional, no tiene por qué ser así. «La gente piensa que la relación con un gato es más distante, menos emocional, pero eso es un mito», afirma Jaume Fatjó, que añade que en realidad la dimensión emocional de las relaciones con perros y gatos es «prácticamente la misma». Comenta que si medimos el beneficio emocional, al comparar la población de dueños de gatos y perros se ve que es un dato muy similar. «Evidentemente no jugamos con un perro como con un gato, no lo sacamos a pasear por ejemplo. Sí, cambia la puesta en escena pero no el componente emocional», afirma. El 65% de las personas que conviven con un gato muestran un vínculo emocional con él. Una cifra prácticamente igual a la de personas que conviven con un perro.
No son más ayuda por vivir solos
El estudio desmonta otro mito de creencia generalizada. Las personas que viven solas no tienen una relación más profunda o emocional con su mascota. El 66% de las personas que viven en compañía establecen una relación más emocional con su mascotas, mientras que el porcentaje es del 67% entre las personas que viven solas.
Hablamos de una relación emocional porque el estudio también contempla otro modelo de relación: la pragmática. «Al analizar los datos, hemos utilizado un instrumento de medida estandarizado, un cuestionario validado científicamente que nos permite analizar a población, y hemos observado que por ejemplo, con los perros hay dos perfiles de relación, el emocional y pragmático», explica el profesional, que continúa explicando que «los dos son buenos perfiles», pero en uno la emoción es especialmente intensa, aunque en todas las relaciones hay una relación emocional.
Por último, en relación con el género, el estudio no observa que las mujeres establezcan vínculos más emocionales que los hombres, como se puede creer a priori.