Gabino Sosa, mucho más que un ídolo Charrúa
Julio Rodríguez, escritor del libro recientemente presentado “El payador de la redonda”, sobre la vida del hombre que da nombre al estadio de Central Córdoba, se acercó al estudio de Conclusión y contó todo sobre el flamante trabajo.
- Conclusion TV
- Nov 2, 2017
Por Santiago Fraga
“El payador de la redonda” es el nuevo libro de Julio Rodríguez que ya forma parte del must have de la biblioteca de cualquier apasionado por el fútbol rosarino y por su rica historia. Ni hablar si la persona en cuestión además es hincha de Central Córdoba, ya que la persona retratada en este trabajo es Gabino Sosa, un ícono del deporte en una de las ciudades emblemáticas del mismo a nivel nacional.
Luego de ser presentar el libro a sala llena en la sede del club, en el marco de su 111 aniversario, el autor pasó por el estudio de Conclusión para dialogar sobre la obra que narra la vida detrás de la persona que da nombre al estadio Charrúa, y su importancia en una etapa de crecimiento trascendental del club.
— ¿Cómo fue el proceso de investigación una vez que te decidiste a escribir sobre Gabino? ¿Qué fue lo primero que empezaste a buscar y qué fue lo que ya tenías de archivo?
— Son muchos años de investigación, desde arrancar yendo a hemerotecas para buscar diarios de la década de los 80′ para atrás, y en ese camino me fui encontrando con la riqueza de la historia de Central Córdoba, que si bien uno había leído algunas cuestiones en revistas o por relatos. En mi casa, yo nací en Tablada, siempre se hablaba de Gabino, de De La Mata, del Torito, y me fui encontrando con un material que se rescató en el club cuando cumplió los 100 años, que son los libros de actas desde 1913 hasta el 90′ y están todos completos, menos el primero que falta. En base a eso fui leyendo, sacándole fotos a los diarios, un trabajo de mucho tiempo, muchas horas, y con mucha pasión porque empecé a encontrar anécdotas e historias en torno primero al club y lo fui centrando mucho más en la figura de él, a raíz de escritos, sobre todo en la revista El Gráfico, que me llamaba la atención la cobertura que esta revista le daba por la década del 20′ y el 30′ al fútbol rosarino, en aquel entonces una potencia en auge. Gabino Sosa en aquel entonces fue convocado para el combinado de la liga rosarina, en la etapa amateur, y en esa época a Rosario vino el Barcelona (que perdió 4 a 0 con ese combinado), el Espanyol de Barcelona (que tenía a una de las figuras más importantes del fútbol como el arquero Zamora), vino el Chelsea, y dos veces por año jugaba el combinado rosarino y el porteño. En el libro intenté retratar una época de un Rosario que hoy parece prácticamente imposible de imaginar. Que el Barcelona venga a jugar acá y pierda 4 a 0 contra un combinado de jugadores amateurs. En esa historia aparece Gabino, y cuando empiezo a leer sobre él me parece que hay un personaje importante por retratar, y nunca antes había habido un trabajo solamente sobre él. El club tiene dos libros, pero después no se escribió más nada sobre Central Córdoba. Me pareció una buena oportunidad para que el club vuelva a las marquesinas de las librerías y que el público futbolero se interese por la biografía de él.
— ¿Esta falta de mucho material bibliográfico fue un puntapie? ¿Rescatar la historia de Central Córdoba?
— A Gabino Sosa le toca jugar justamente en lo que considero que es la etapa más importante, que es un período refundacional del club. El llega cuando el club tenía 10 años, en 1916, y su etapa más preponderante, cuando fue capitán, arranca en la década del 20′, cuando él vuelve del servicio militar en Córdoba, donde jugó un año en Instituto, y ahí es cuando comienza a tomar forma el estilo de juego del club, el ADN. Ahí sienta un precedente de colocarse como el tercer cuadro de la ciudad, detrás de Newell’s y Rosario Central. En la etapa profesional, 1931, el club gana su primer campeonato, el Torneo Eliminatorio, en diciembre, el Torneo Molinas en 1932, y la Beccar Varela en 1935, la única copa nacional que tiene Central Córdoba, con un Gabino ya bastante veterano con 35 años. También gana el torneo Preparación en 1934 y vuelve a ganar el Molinas en 1936, con Vicente De La Mata ya como futbolista. En 1938 se retira del fútbol dejando una camada de jugadores como reemplazantes, como fueron Capote, su hermano Francisco, el ‘Torito’ Waldino Aguirre o Humberto Fiore, entre muchos otros. En resumen, una época donde Central Córdoba logra un crecimiento social importante, gana campeonatos y transfiere jugadores a los mejores jugadores del país.
Para conocer más anécdotas, más hitos sobre la historia Charrúa y cuáles pueden ser los próximos personajes de la institución a inmortalizar en un libro, continuá viendo la entrevista: