Nada dicho, todo por definirse
El Canalla hizo un primer tiempo intenso, donde tuvo garra, ritmo e intensidad. Se repuso rápido de la desventaja inicial y estuvo en partido. En el complemento fue otro equipo, cayó en todo y tuvo que conformarse con la igualdad. Franco Ibarra y Agustín Sández, los mejores. Serie abierta y pareja. Va por la hazaña en Brasil.
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- Ago 14, 2024
Paor Paulo Vigliercho
Rosario Central fue dos equipos en uno en su participación por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Pasada la gran alegría por quedarse con un nuevo clásico de la ciudad, poner el foco en el plano continental era obligatorio para poder pensar en competir en serio contra un buen Fortaleza. Tuvo virtudes y también defectos. Dio la sensación que pudo haberse quedado con algo más si tenía plan. Era importante sacar ventaja en el Gigante para viajar más tranquilo al desquite.
Vaya primer tiempo regalaron el Canalla y el conjunto brasileño. Los dos equipos se brindaron al máximo, con un ritmo frenético, sin darse respiro. Los dirigidos por Juan Pablo Vojvoda demostraron porque están segundos en el torneo local y son uno de los máximos candidatos a quedarse con la competencia internacional. No obstante, los dirigidos por Matías Lequi no se amilanaron ante el poderío rival.
De entrada, el comienzo del partido tuvo una emoción fuerte. Ni se había jugado el primer minuto en Arroyito que Marinho sorprendió a todos con un gran tiro libre, que descolocó al propio ‘Fatura’ Broun, quizás un poco adelantado de su posición, y Fortaleza pegó primero. Lo que pudiera haber sido un golpe anímico tremendo para cualquier conjunto, para Central representó la necesidad de reponerse rápido.
Y así lo hizo el Canalla. Tras una pelota parada, Mallo cabeceó en el córner y la peinó para el sector izquierdo, donde apareció Sández, quien se arrojó para ganarle el duelo a su marcador y decretó la igualdad de zurda, ante un Ricardo atónito, clavado en la línea. Antes de los diez iniciales, ya el trámite tuvo todos los condimentos para ser una llave imperdible.
Central y Fortaleza no aflojaron, sobre todo los primeros 25 minutos, que fueron de una intensidad importante. Lovera tuvo el segundo pero su derechazo cruzado pasó apenas desviado del palo derecho de Ricardo. La visita tuvo una clarísimo con un fuerte remate de Augusto de media distancia que pegó en el travesaño. Enzo Copetti, que reemplazó a Marco Ruben por lesión, también tuvo las suyas de cabeza, una tapada por el uno brasileño con una buena volada y la otra apenas por arriba.
El Canalla tuvo la enjundia y el vigor necesario, con el que hay que jugar estos partidos, estuvo acorde a las circunstancias. Enfrente tuvo a un adversario muy jodido, con una idea de juego clara e intérpretes interesantes como Pikachu y Pochettino. Metió, peleó y, cuando pudo, trató de generar fútbol. Fueron interesantes los movimientos de Copetti y Lovera en ataque, tratando de buscarse constantemente.
En el medio, Jonathan Gómez oficiando como nexo entre la defensa y los volantes, mientras que Franco Ibarra y Mauricio Martínez alternaron buenas y malas como doble cinco. Faltó más de Jaminton Campaz, muy previsible en sus maniobras al estar pegado a la banda. Los laterales Sández y Coronel se turnaron para subir, con el objetivo de no quedar descompensado atrás, dada la rapidez del Leóncen los avances. Los 45 inciales cerraron con una igualdad justa y la promesa de mas emociones en la etapa final.
En el complemento, sin embargo, la historia fue completamente diferente. Los dos aflojaron muchísimo el vértigo, y por ende el desarrollo del juego se planchó. A Fortaleza le cayó bien el empate, y Central no tuvo ideas, al margen de que el balón le duró poco y también cayó en imprecisiones, con jugadores más cansados por el esfuerzo (Quintana, Martínez y Gómez, por ejemplo).
Nuevamente, al carecer de profundidad y claridad en la elaboración, volvió a abusar del pelotazo. Hacían falta variantes en ofensiva, piernas frescas para intentar otra cosa. Con ese objetivo ingresó Ignacio Malcorra, buscando conectar con su mejor socio en el campo, el Bicho Campaz, que tuvo otra noche para el olvido, como tantas en este 2024. También lo de Lovera fue flojísimo. La presencia del 10, como en el clásico pasado, le dio otra vitalidad al equipo, haciéndose cargo de la gestación y pidiendo siempre la pelota, pero le faltaron compañeros para asociarse.
Los ingresos de Lautaro Giaccone y Agustín Módica no modificaron las características del encuentro. El mediocampista es otro que viene mjuy bajo hace tiempo, sin pesar en absoluto. Mientras que el lungo centrodelantero no tuvo ocaciones, ya que nunca fue abastecido. El Canalla, por impericia propia, se tuvo que resignar a la paridad, ante un adversario que propuso poco y nada en la segunda mitad.
Ahora, Central tendrá que ir a jugársela a todo o nada en Brasil. La serie está abierta. Misión difícil, seguro, imposible no. Sabe que tendrá que ingeniárselas para reemplazar a Campaz, que fue amonestado por una zonzera y se pierde la revancha. Tarea para Lequi pensar la mejor estrategia y hacer un planteo competitivo, eficaz e inteligente, que permita pensar en meter el batacazo en el país vecino.