Otra cara
En el debut de Ariel Holan como entrenador, el Canalla se llevó en un empate de su visita a La Plata ante un duro rival, que no atraviesa su mejor momento. Fue de mayor a menor en rendimiento, y encontró en Jorge Broun a su figura.
- Deportes
- Por Paulo Viglierchio
- Nov 20, 2024
Rosario Central sacó un poco la cabeza del lodo en el que se encuentra. Sin tener una actuación brillante ni mucho menos, mostró más enjundia y convicción en sus intenciones y eso le bastó para mostrar una imagen distinta a la de presentaciones anteriores. Dentro de un olvidable 2024, al menos se permitió salir algo del pronunciado bajón en el que se encuentra. La Liga Profesional lo pone en la recta final del camino, pero en los compromisos que quedan debe rendir algunas materias obligatorias de cara al 2025.
Siempre la llegada de un nuevo entrenador renueva las esperanzas, eso está claro. Con el arribo del experimentado Ariel Holan, las ilusiones en Arroyito volvieron a florecer, siempre teniendo en cuanta la temporada que viene, ya que en la actual ya no hay mucho por hacer. Aun así, con atisbos esporádicos, se puede decir que la idea del entrenador comenzó a verse plasmada en algunos movimientos y entendimiento del juego. En apenas unos días, el técnico pudo cambiar el estado anímico de un plantel muy golpeado. Esto es mucho en el contexto auriazul presente.
Como se arrancó diciendo más arriba, no fue una tarea excepcional la de Central en La Plata. Por momentos fue superado y en otros otros se pudo acomodar mejor. Pero al menos la formación dejó de ser once voluntades tiradas al campo sin saber que hacer. Esta vez hubo una iniciativa de hacer correr el balón, que la pelota pasara más en el piso que en aire. Si bien lo consiguió a cuenta gotas e incluso arriesgó en algunas acciones, al menos desde la propuesta ya el cambio de plan futbolístico era saludable.
El Canalla tuvo la pelota en gran parte del primer tiempo, pero la tenencia resultó improductiva porque careció de la profundidad necesaria para vulnerar a un adversario que ofrecía facilidades atrás, sobre todo por la dupla de centrales Fernández-Lollo, cuya mejor etapa pasó hace mucho. Con menos posesión pero siendo más directo, vertical, Estudiantes se las arregló para complicar a un fondo auriazul que también dio ventajas, encontrándose en la espalda de ‘Coyote’ Rodríguez la zona más débil.
‘Fatura’ Broun había llegado a desactivar con muy buenas respuestas dos intentos de Sosa y Burgos, pero nada pudo hacer ante una aparición del 7 albirrojo por la media luna del área, definiendo de derecha, en una jugada que marcó un lento retroceso visitante, quedando expuestos Rodríguez y Mauricio Martínez por la escasa contención, mirando como el volante local tenía espacios para elegir como direccionar el remate. Todo partió de un error en salida.
En otra oportunidad, esa sola acción hubiera derrumbado a Central. Sin embargo, el Canalla siguió con aferrado al libreto, a pesar de la desventaja. Tuvo que pasar unos minutos de desconcierto, en los que parecía que iba a seguir vulnerable. Pero también aprovechó una desinteligencia atrás de Estudiantes y le pagó con la misma moneda. Copetti robó, se juntó con Malcorra y cedió inteligentemente para Campaz, que sacudió de zurda, cruzado, e igualó las cosas. Todo como al comienzo. Antes, Nacho había estrellado un remate en el travesaño. El empate le ponía justicia al desarrollo.
En el complemento, Central ya no tuvo la misma intensidad. Empezó a pesar el cansancio físico y le cedió la iniciativa al local, que entendió el mensaje y se animó más. Manyoma y Palacios pesaron más, y la marca por el sector de Damián Martínez comenzó a flaquear, sumado a un Ibarra, de buena labor, condicionado por una tarjeta amarilla. Sin embargo, el ímpetu del Pincha se desvaneció rápido y la última línea auriazul ahuyentó complicaciones, sostenida en un sólido Juan Giménez -a veces impreciso con los pases, pero seguro con el juego áereo- y un firme Mauricio Martínez, que sacó varias por arriba y abajo.
El Canalla tuvo una clarísima con un remate de Jonathan Gómez entrando por el área, tras un pivoteo de Copetti, de actuación decente, que pasó apenas desviado del arco de Mansilla, con desvío incluido. ‘Jhony’ alternó buenas y malas, pero fue una rueda de auxilio en el medio, más cuando sus compañeros fueron quedando extenuados. El que sigue siendo totalmente improductivo es Lautaro Giaccone, que tuvo otra chance para demostrar y la desperdició, sumado en la intrascendencia. Tampoco pesaron Augusto Solari y Marco Ruben con sus ingresos.
Pasado el tiempo de dominio local, el trámite se acható, y el empate terminó siendo cosa juzgada. Ninguno quiso arriesgar de más y la paridad fue el premio para los dos, en un partido con intensidad y ritmo en el inicio pero que se desinfló desde la mitad de la segunda parte hasta en el final. El nuevo cuerpo técnico deberá guiarse de los próximos compromisos para hacer las evaluaciones correspondientes y tener un panorama más claro respecto a que piezas dejar y de cuales prescindir en el ensamble general para el año que viene.
A Holan recién se lo podrá evaluar cuando pueda armar su equipo en 2025. Exigirá refuerzos y una preparación física óptima para volver a ser competitivo, mínimos requisitos indispensables para pensar en un Central serio, que pueda protagonizar las competencias que dispute. Mientras tanto, los cuatro encuentros que quedan para bajarle la persiana a este mal 2024 seguirán siendo un banco de prueba para el entrenador y la mayoría de los jugadores. De allí se podrán sacar conclusiones y actuar en consecuencia.