Se acordó tarde

El Canalla pagó caro un pésimo inicio y, pese a una reacción importante luego, terminó quedándose sin nada en La Bombonera. Mejoró mucho en el complemento desde lo futbolístico y lo anímico, lo buscó hasta el final, pero no alcanzó. Jaminton Campaz, lo mejor del equipo de Matías Lequi.

 

Rosario Central volvió a tropezar en la Liga Profesional como visitante y otra vez se quedó con la amarga sensación de que, con un poco más de fineza en los metros finales, podría haberse llevado algo más que las manos vacías. Jugó dos partidos en uno ante un rival de gran jerarquía, que no perdona los desaciertos colectivos, y se lo hizo saber de entrada, como para darle el mensaje que de iba a aprovechar los regalos que dispusiera. Contra ello tuvo que remar desde el inicio.

Es que peor no pudo haber arrancado su excursión a La Bombonera. El Canalla arrancó dormido y Boca le pegó fuerte, al mentón, cuando ni siquiera había llegado a acomodarse. En un tiro libre en el amanecer del partido, a los tres minutos, Cristian Lema cambió por gol una pelota parada con una ejecución certera de tiro libre, a media altura, que se metió contra el palo derecho de un ‘Fatura’ Broun que solo atinó a mirar. Tremendo impacto sobre la mesa del que había que reponerse, en medio de un contexto adverso, al tener ausentes a su dupla central titular (Facundo Mallo y Carlos Quintana).

Los primeros 25 minutos fueron una película de terror para Central, que dio ventajas en la mitad de cancha, no obstaculizó los circuitos ofensivos xeneizes (Medina, Zenón y Aguirre hicieron lo que quisieron) y también brindó todo tipo de facilidades en su última línea, con un zaga conformada por Juan Giménez y Miguel Barbieri -sobre todo este último- que lejos estuvo de ofrecer seguridad. Precisamente, de un obsequio del ex Racing -como tantos que tuvo con salida esta noche- salió un contraataque feroz de los dirigidos por Diego Martínez, que agarraron muy mal parado al fondo auriazul y volvieron a castigar.

Tras un mal pase de Barbieri, Zenón recibió por derecha con espacios, enganchó hacia el medio y cedió para Medina, quien tuvo tiempo para acomodarse y definir al poste derecho, este le devolvió el rebote a Brian Aguirre y el ex leproso capturó esa pelota y fusiló a Broun en el área para ampliar la diferencia. 2 a 0 abajo y con todas las señales de alarma, panorama muy complejo de remontar, a pesar de todo lo que faltaba. La imagen colectiva era de extrema vulnerabilidad.

Obligado por las circunstancias, Central se vio en necesidad de reaccionar sino quería seguir padeciendo el encuentro. Superado el momento más duro, se acomodó mejor en el campo y trató de hacer pie. Jaminton Campaz e Ignacio Malcorra se buscaron y asociaron para empezar a armar juego, con el objetivo de abastecer a un Enzo Copetti solitario pero luchador, peleando todas y forzando errores en salida. Así, pudo tener el descuento con un taco tras asistencia del Bicho, pero ‘Chiquito’ Romero se quedó con el duelo. Tras no agarrar una al comienzo, creció el aporte de Franco Ibarra, Mauricio Martínez y Jonathan Gómez, aunque les faltó más asociación con los volantes ofensivos.

El Canalla emparejó el trámite, pero necesitaba de un descuento rápido para ponerse en partido. El esfuerzo y la recuperación anímica y futbolística debía reflejarse en el marcador. Boca se enamoró demasiado rápido de la doble ventaja y se quedó mucho, otorgando espacios que podían ser aprovechados, sobre todo a las espaldas de Advíncula y Saracchi. Campaz fue quien mejor entendió por donde debían ir los caminos. Aún así, el 2 a 0 fue cosa sellada de cara al descanso. Había mucho que mejorar para torcer la historia en la segunda mitad.

En el complemento, Central salió con todo a vender cara la derrota, con mayor actitud, y casi convierte con otra chance que tuvo Copetti, al que nuevamente Romero le adivinó la intención y terminó quedándose con su desvío de derecha tras un centro rasante de Malcorra. El uno xeneize también desactivó un buen zurdazo alto del Bicho, empezando a transformarse en uno de los mejores del conjunto local. El equipo de Lequi llegaba y preocupaba, faltaba precisión en la puntada final.

El Canalla siguió yendo ante un Boca muy quedado, pero claramente tampoco era la noche de Copetti, quien por tercera vez volvió a intentar, esta vez con un buen remate cruzado, tras pase de Gómez, que se estrelló en el palo. Como punto favorable, a diferencia de presentaciones anteriores, al menos ahora el platinado centrodelantero dispuso de ocasiones para anotar, pero continuó su mala relación con el arco y el gol.

Como otro aspecto a remarcar, esta vez si hubo un buen ingreso de Lautaro Giaccone desde el banco, mostrándose encarador, escurridizo y ágil para gambetear, de hecho tuvo la suya también de zurda pero la cabeza de Lema se metió en el medio de un remate que hubiera echo al menos tirarse a Romero. Jugado por jugado, también entraron Augusto Solari, Maxi Lovera y Marco Ruben, todos cambios ofensivos. Lequi se animó a romper el doble cinco y, con dos delanteros, mantuvo atentos a los zagueros adversario. Campaz de enganche, en un 4-3-1-2, también fue más incisivo, generando faltas y eludiendo con facilidad a Pol Fernández y Advíncula.

De tanto insistir, el Canalla tuvo su premio con un buen tiro libre del colombiano, de lo mejor en el conjunto auriazul, que se metió contra el palo derecho de Brey. Todavía quedaba tiempo para buscar al menos llevarse un punto. De hecho, el juvenil arquero, que tuvo que salir al campo por lesión de Romero, se quedó con la última y gran posibilidad de los dirigidos por Lequi para empatarlo, al ahogarle el mano a mano a Ruben en el área chica, que se arrojó y llegó a definir tras un cabezazo de Copetti hacia la zona de peligro.

Para el final quedó una acción más que polémica, donde todo Central reclamó penal por una infracción de Advíncula contra Copetti: la repetición pareció mostrar claramente como al peruano se le fue la pierna y, además de despejar el balón, también dejó la suela de más para pisar al atacante en su tobillo. Al margen de ello, pagó carísimo haber entrado dormido al compromiso. Pudo reponerse emocionalmente y desde el juego, estuvo a tiro de igualarlo, pero hay distracciones que, en este nivel, no se pueden concebir si quiere recuperar protagonismo, ser serio, tener ambiciones importantes.

 

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