Una página más de gloria, con el corazón de siempre

La Scaloneta luchó, peleó y, con mucha garra, se quedó con una final durísima ante un digno rival, que lo exigió hasta el final. Una gran jugada colectiva fue el desnivel clave. Se repuso a la ausencia de su 10 por lesión. Adiós inolvidable a una leyenda como Ángel Di María, que se despide con otro título con la camiseta celeste y blanca.

POR PAULO VIGLIERCHIO

Inolvidable, con tintes de épica. La Selección Argentina escribió una página más de gloria en su exitoso palmarés. A lo largo del ciclo Scaloni, el combinado nacional eligió diversas formas de ganar a sus contrincantes. Esta vez le imprimió enjundia, huevos, coraje, para gestar una victoria que quedará en el recuerdo. Porque significó otro campeonato, pero sobre todo por las formas y lo que tuvo que superar.

No fue un gran partido el de ‘La Albiceleste’, faltó fútbol y claridad en algunos tramos del partido, sobre todo en ese primer tiempo en el que fue superado por un buen contrincante, pero le imprimió otro sello que distingue a un equipo: el del esfuerzo colectivo. Entenderse como una estructura sólida, donde todos tenían una labor que cumplir, por encima de los nombres individuales, fue la clave.

Como se dijo al comienzo, Argentina se tuvo que reponer de distintos golpes en esta final de la Copa América. El primero, pasarla mal en esos minutos de la etapa inicial, donde una valiente Colombia lo presionó, le cortó espacios y lo obligó a dividir el balón más de lo que está acostumbrado. Así, con un juego inteligente, el equipo de Néstor Lorenzo realizó una correcta labor en esos primeros 45, e incluso dispuso de un par de ocasiones que no pudo resolver con lucidez.

La Selección no podía conectar, la salida con pelota era lenta, faltaba ritmo en la mitad de la cancha y arriba Julián estuvo solo contra el muro amarillo, ya que los rosarinos Lionel Messi y Ángel Di María, en su última actuación juntos, estuvieron abocados a otra función, tratando de amigarse más con la redonda, juntarse y desde ahí elaborar juego, algo que consiguieron a cuenta gotas. El 10 tuvo la suya, con un zurdazo que tenía destino de red, tras centro preciso de Fideo por la izquierda, pero su remate se desvió en Julián Álvarez y el intento se desvaneció. Sería la única que lo tendría como protagonista a Leo, disminuido físicamente a lo largo de toda la Copa.

En el complemento, Argentina salió con otra cara. Se notó un claro cambio de semblante desde lo anímico, empezó a ganar divididas, se adelantó más en el campo y, ya desde la posesión, empezó a relacionarse con su mejor amiga, la pelota, pareciéndose más a ese equipo que maravilló al mundo en el Mundial de Qatar en base a fútbol total, ese de toque y gambeta que distingue a nuestro país.

Creció el aporte de Rodrigo De Paul, el todocampista indispensable en este plantel, Alexis Mac Allister se afirmó más con el balón, Julián Álvarez siguió corriendo a todos, todos ellos respaldados por unos imperiales Cristian ‘Cuti’ Romero y Lisandro Martínez, impasables durante todo el torneo, devorándose en esta ocasión a Jhon Córdoba. También hubo una gran labor de Nicolás Tagliafico, el hombre de las finales, con el sacrificio de siempre en defensa e incluso desdoblándose eficazmente en ataque.

Cuando todo el esfuerzo parecía que se iba a venir cuesta abajo con la lesión muscular de Lionel Messi, la carta principal, ese lamentable incidente, lejos de apichonar a este equipo, lo envalentonó aún más, el funcionamiento no se resintió. Entró muy bien Nicolás González, a quien solo le faltó el gol para coronar una actuación destacadísima, ya que dispuso de al menos tres ocasiones para convertir. Todo lo demás lo hizo perfecto.

Como demostró en tantas ocasiones, esta Selección sacó a relucir la chapa y dio muestras de lo que está hecha. Ante una adversidad de tal magnitud, cualquier otro conjunto se hubiera desanimado. Sin embargo, fueron los mejores minutos de ‘La Albiceleste’, que empezó a hacer méritos para resolver la historia en los 90 minutos. La falta de puntería en los metros finales lo privó de ese objetivo.

Con la confianza en alza y una Colombia más cansada, ya que sintió notablemente el desgaste físico de la primera mitad, Argentina tenía todo para ganarlo en el alargue y evitar los penales. Los ingresos de Leandro Paredes, Giovani Lo Celso y Lautaro Martínez refrescaron piernas en el césped y también resultaron fundamentales. De hecho,de una combinación que incluyó a estos tres apellidos nació el gol que sería la frutilla del postre para una noche soñada en el Hard Rock Stadium de Miami. El volante central recuperó, tocó rápido para ‘Gio’, que asistió de primera, con clase, al ‘Toro’, quien se fue soledad y definió con calidad para desatar el grito eterno en suelo norteamericano.

Ya con la ventaja, la Selección defendió con el alma en los minutos finales. Por si hacía falta, entró el caudillo Nicolás Otamendi en el fondo para asegurar la victoria, esa que el conjunto nacional buscó, se esforzó para conseguirla y la terminaría sosteniendo en base a una tarea conjunta encomiable por parte de todos, hasta el último minuto. El árbitro brasileño Claus le pidió la pelota al ‘Dibu’ Martínez, muy seguro en cada centro colombiano, y decretó el final para comenzar la algarabía celeste y blanca. Una alegría más para un equipo que quedará en la historia, el más emocionante y recordado. Cuarto título para estos leones en tres años, una animalada.

Párrafo aparte para cerrar el comentario con un actor trascendental en la historia del fútbol nacional. Cada uno/a lo podrá ubicar en el puesto de relevancia que quiera; de lo que no hay dudas es de que Ángel ‘Fideo’ Di María quedará en los corazones de todos los argentinos. Como el mismo dijo, desde aquella final de la Copa América 2021, en la que se «rompió la pared», todo cambió para él en su vínculo con la gente.

El talento y la jerarquía que siempre tuvo Angelito empezó a ser reconocido por el país entero, que no le quedó otra que rendirse a sus pies. El para siempre 11 albiceleste nunca se rindió, siempre se brindó al máximo cada vez que tuvo que defender la camiseta de Argentina, lo siguió intentando y este hermoso deporte, que siempre da revancha, lo compensó como se merecía. Un cierre perfecto para la etapa de ‘Fideo’ con la casaca nacional, se lo va a extrañar mucho. Una historia de amor compartido que merecía este final feliz para todas las partes.

 

 

 

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