VIERNES, 22 DE NOV

Micky Rodríguez llega a Rosario con “Los Mares de la Luna”

El histórico bajista de Los Piojos vuelve a la ciudad presentando el segundo disco de La Que Faltaba, banda a la cual le dedica sus días en estos tiempos. Conclusión dialogó con el músico sobre lo que pasó y lo que vendrá.

Por Santiago Fraga

Tras un debut prometedor, La Que Faltaba se recarga y vuelve al ataque con una imagen más pulida, más amplia, pero siempre 100% rockera. “Los Mares de la Luna” es el segundo disco de la formación de esta nueva etapa de Miguel ‘Micky’ Rodríguez, quien supo ser durante 20 años el bajista del histórico grupo Los Piojos.

La cita en la ciudad será este viernes 9 de septiembre en el Teatro Vorterix de Rosario (Salta y Caferatta), donde el grupo que además integra Matías Cardo (teclados), Pablo Ríos (batería), Pancho Miranda (percusión y guitarra) y Rómulo Arnoldi (guitarra) estarán mostrando un repertorio con temas de este nuevo álbum, de “Voy” (su primera creación, de 2012) y algo de Los Piojos.

La mano de Damián Torrisi, Hernán Aramberri y Gaspar Benegas en la producción artística de este nuevo material se nota en los aires renovados que inspiran los temas, donde también se encuentra impregnada la madurez de Micky y siempre con su fiel estilo ‘piojoso’.8724639_orig

Conclusión dialogó con el ahora líder y bajista de La Que Faltaba en la previa de lo que será el show en la ciudad, a la que recuerda con mucho cariño de su época con Los Piojos por el amor y el calor que el público les brindó y asegura que, como decía Fito, siempre “está cerca”.

Además, habló sobre el nuevo disco, con el cual se siente muy satisfecho y en el cual ha podido experimentar nuevas cosas como meter un reggae, un tango y donde pudo volver a grabar en un estudio con su gran amigo Andrés Ciro Martínez.

Hoy día su cabeza está puesta en su banda, pero le es imposible no recordar con una sonrisa el pasado. El 31 de agosto se cumplieron 20 años del lanzamiento de “Tercer Arco”, el tercer disco de Los Piojos, y contó que recibió miles de mensajes afectivos. Consultado sobre un posible futuro regreso de la formación, aseguró que es “muy difícil responder”.

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¿Qué es un poco lo que se puede encontrar en “Los Mares de la Luna”? ¿Qué diferencias hay con el primer álbum?

— Estamos muy contentos con la salida del disco, quedé muy satisfecho. A veces es difícil poder concretar todas las ideas y todas las ilusiones en un álbum, pero esta vez quedé muy contento y feliz de cómo quedó. En principio la gran diferencia es la producción: se hicieron cargo de la producción artística junto con nosotros Damián Torrisi, Hernán Aramberri y Gaspar Benegas, dos de ellos músicos del Indio. Así que ahí aportaron su experiencia, trabajamos en conjunto y potenciaron aún más las canciones. Eso fue la gran diferencia con el primero, que lo produjimos nosotros a pulmón y también tiene un valor sentimental importante, pero bueno, en este hay un ajuste importante de cuestiones de audio y estructuras de canciones. Fue muy productivo.

¿Y musicalmente?

— Musicalmente yo creo que uno de acuerdo a lo que va viviendo, a cómo la vida lo va barajando a uno en todos los aspectos y la dedicación que le imprime a su historia, va mejorando desde una performance de ejecutar el instrumento y después de empezar a escuchar distinto. Me parece que el crecimiento y el paso del tiempo influyen en un desarrollo de cualquier actividad. En este caso no es ajeno y me parece que está todo más ajustado. La banda se consolida aún más. De tocar y de estar juntos todo se vuelve un poco más facil

De acuerdo al estilo que han ido forjando en este disco de repente aparece un tango también, “Malevaje” de Enrique Santos Discepolo.

— Es una idea que yo tenía hace mucho tiempo. Siempre he curtido tango y desde chico en mi casa escuchaba, así que desde hace tiempo venía con este berretín y tenía ganas de hacerlo. Por supuesto que tiene un respeto enorme, porque si bien no termina siendo un tango, es una fusión, la esencia de lo que la letra dice y lo que expresa creo que está ahí expuesta. Y ahí está, quedamos muy contentos con ese tema.

«El crecimiento y el paso del tiempo influyen en un desarrollo y me parece que está todo más ajustado. La banda se consolida aún más»

Y después también está “Ella”, donde participa Andrés Ciro Martinez. ¿Cómo fue ese encuentro?

— Fue, como siempre, encontrarme con un amigo de toda la vida, de tantos años de no solamente de rock sino de la vida. Crecimos juntos, compartimos el crecimiento de nuestros hijos, hubo un montón de cosas extramusicales que forjaron esta relación y a partir de eso, sin ningún tipo de barreras, lo invité, me dijo que claro y llegamos al acuerdo de que el tema que elegimos era el que nos gustaba a los dos. Y eso, ningún misterio, es parte de una compañía que seguramente va a ser para toda la vida.

¿Se podrá dar algún día un regreso de Los Piojos, aunque sea por un show?LQF-129

— Es muy difícil responderte, porque sino te juro que estaría laburando de futurista (risas), pero la verdad es que no lo sé. Esa historia fue importantísima en mi vida, fue un privilegio haber vivido ese tiempo, los lugares donde estuvimos, todo lo que se generó a partir de Los Piojos, y sin dudas fue una experiencia alucinante para mí. Como todas las cosas a veces también tienen finales, pero bueno, nadie lo sabe, ni yo lo sé, porque la verdad que cada uno hoy está haciendo su historia y me parece que está bueno.

¿Qué lugar ocupa La Que Faltaba en tu vida y cuál Los Piojos?

— En principio Los Piojos es como un gran amor, que va a estar ahí en el corazón, tatuado, va a estar siempre porque tengo un recuerdo hermoso de toda esa época. Hoy estoy avocado a La Que Faltaba y todas mis energías están puestas en el proyecto. Por supuesto que tiene, inevitablemente por cuestiones de la vida, un ligue directo. En el en vivo hacemos versiones de los temas de Los Piojos. Es inevitable porque fue mi vida y es parte de mi vida hoy. Pero mi energía está puesta en La Que Faltaba. Yo me siento feliz; el otro día con el aniversario de Tercer Arco recibí miles de mensajes de apoyo y de cariño, que eso es impagable, no tiene precio, y ahí está como el sentido del amor y todo lo que generamos. Uno a veces estando en la rueda no se da cuenta, pero el cariño de la gente te hace ver la realidad y saber la dimensión que tuvo esa historia.

«Los Piojos es como un gran amor, que va a estar ahí en el corazón, tatuado»

¿Sentís muchas diferencias entre la escena de aquel entonces con lo que es ahora?

— Me parece que de algunas maneras hay un parecido en el crecimiento paulatino, sin volverse demasiado loco por la fama, en un sentido. La gran diferencia que noto hoy es la cantidad de mecanismos o de herramientas que hay para difundir la música. Creo que el gran cambio fue la comunicación. Hoy hay un montón de redes disponibles para establecer contactos. A veces son una cagada porque es fácil no mirarse a los ojos y decir cualquier boludez, y muchas veces es buenísimo porque llega a los lugares menos pensados, que a uno no se le ocurre, y pueden escuchar, compartir algún mensaje, algún video. En ese sentido es glorioso.

«Uno a veces estando en la rueda no se da cuenta, pero el cariño de la gente te hace ver la realidad y saber la dimensión que tuvo esa historia»

¿Qué recuerdos tenés de Rosario?

Con Rosario siempre me surge esa cuestión que decía Fito: que siempre está cerca. Y no por una cuestión estrictamente geográfica o de distancia, sino porque en la época de Los Piojos era un lugar que estaba ahí como Buenos Aires o como Córdoba en donde había una calentura y un amor importante y además una convocatoria importante. Así que es uno de los lugares que siempre recuerdo con mucho cariño y por otro lado la verdad es que de vez en cuando voy a pasear porque me gusta la ciudad, porque me gusta caminar por ahí, me parece un lindo lugar, así que tengo muchos recuerdos lindos de la ciudad.

¿Hay algún reci en particular que recuerdes?

— Varios… varios. Me acuerdo de alguno en el microestadio de Newell’s, que es una especie de Bombonera medio caliente. Pero en sí recuerdo el amor, la euforia y todo lo que daba vueltas alrededor de Los Piojos y tenía ese calor amoroso que es imborrable.

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