MARTES, 12 DE NOV

Los espacios culturales rosarinos están en estado de emergencia

Un relevamiento entre los setenta establecimientos de la ciudad nucleados en el Colectivo Rosarino de Espacios Culturales da cuenta de la alarmante realidad, en la que diez lugares ya han tenido que cerrar y aseguran que “ante las actividades suspendidas, el pago de alquileres, servicios, impuestos y salarios, es inexistente y está generando una deuda impagable a futuro”.

 

Los espacios culturales están, sin lugar a dudas, entre los rubros más afectados por el parate en las actividades ocasionado a raíz de la pandemia del coronavirus, resultando en este momento en un estado crítico tanto por la acumulación de deudas y el nulo ingreso económico como por el panorama que se avisora en el futuro cercano.

Un relevamiento realizado entre los setenta espacios que integran el Colectivo Rosarino de Espacios Culturales (Crec) arrojó datos alarmantes que ubican a los espacios del sector en estado de emergencia.

Esto es porque las problemáticas que vienen afectando de larga data a estos espacios se profundizaron desde que se dictó el aislamiento social y obligatorio en el marco de la pandemia de la Covid-19, que obligó a los mismos a cancelar todas sus actividades -que es básicamente lo que les genera los ingresos para poder subsistir-, sumado a “la total e histórica ausencia de políticas culturales municipales y provinciales para acompañar el desarrollo del sector”, lo que se convirtió “en un cóctel explosivo que, junto a cuatro años de recesión económica, hacen inviable el sostenimientos de los mismos”, según analizó el Crec en un comunicado emitido.

“De los 70 espacios que logramos registrar, 10 debieron cerrar sus puertas recientemente (La Bartolina, Le Bal, Bracco, Quilombo 27, Club 1518, Combo Club, entre otros), dejando un vacío para aquellas personas que encontraban en esos espacios lugares de esparcimiento, formación y encuentro, así como también a les trabajadores de los mismos. A esto se le suma el cierre de otra decena de espacios en los últimos 5 años (El Olimpo, El Espiral, La Chamuyera, La Isla, Nómade, etc)”, reportaron, además.

Así, con las actividades suspendidas, el pago de alquileres, servicios, impuestos y salarios resulta inexistente, lo que está generando deudas impagables a futuro.

Con este panorama, desde el colectivo solicitan “con urgencia la visibilización de esta situación, el acompañamiento de la sociedad y de los actores culturales, exigiendo que se lleven adelante políticas de asistencia y desarrollo del sector sobre la firme convicción que los espacios culturales no sólo son espacios fundamentales para el crecimiento de la actividad cultural de la ciudad y la región, sino que son espacios de trabajo para artistas, docentes, gestores, técniques, agentes de prensa” y “los distintos eslabones de la industria cultural”.

“Cabe destacar que muchos de los espacios están dedicados a la formación, brindando cursos y talleres que no se encuentran en otros lugares”, agregaron en el texto difundido.

A su vez, desde el Colectivo Rosarino de Espacios Culturales manifestaron que desde el inicio de la pandemia se pusieron a disposición de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario, “solicitando reuniones para resolver nuevas formas para desarrollar actividades” tales como “permisos para el dictado de clases online en los lugares, la creación de protocolos que permitan retomar paulatinamente las actividades, con elementos de limpieza e higiene”.

Además, con estas exigencias pidieron el “poder resolver una deuda histórica”, que es “la creación de una normativa que los reconozca como espacios culturales que albergan trabajadores del sector con el fin de lograr una habilitación acorde para todos”.

“La cultura de nuestra ciudad está en emergencia, necesitamos avanzar en medidas concretas que nos permitan seguir en pie. La Cultura es un derecho”, finalizaron.

Si bien hace dos semanas se puso en práctica en algunos escenarios de la ciudad el nuevo protocolo del Ministerio de Cultura de Santa Fe para realizar shows vía streaming y poder percibir algunos ingresos, lo cierto es que son pocos los espacios y los artistas que se ven incluidos en esta movida y mucho menos los que pueden afrontar por su cuenta las exigencias económicas y técnicas de replicar esa idea, con lo cual lo más urgente resulta que puedan abrir sus puertas lo antes posible, tomando las precauciones necesarias para la salud y el bien común de los asistentes y trabajadores.

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