En la previa de su último show en Rosario, en el que presentó su último trabajo «Polvo» en la Plataforma Lavardén, Paula Maffía dialogó extensamente con Conclusión, abundando a través de su disco en múltiples conceptos y sensaciones que la atraviesan como artista.

Dueña de una versatilidad que no se manifiesta sólo en sus composiciones, la música oriunda de la ciudad de Buenos Aires y que ya tiene varios años de carrera (a pesar de su juventud) y proyectos musicales en el camino (integra Las Taradas y La Cosa Mostra) es capaz también de prestarse a la ventura filosófica y divagar, partiendo de sus canciones, sobre cualquier aspecto de la vida y la existencia.

Así, la charla con Maffía fluye naturalmente y es preciso agregar poco más que sus mismas palabras, claras en concepto e intencionalidad poética. Junto a Nahuel Briones y Lucy Patané (conforman Paula Maffía & Sons) se desplegaron en el Gran Salón de la Plataforma Lavarden.

Esta fue la entrevista por Facundo Díaz D’Alessandro:

«Rosario cuenta con un colectivo de músicas autogestionado impresionante e increíble. Admiro mucho a las pibas»

– ¿Disfrutas de venir a tocar a Rosario? ¿Qué te parece como plaza?

– La verdad, con una mano en el corazón, Rosario me encanta. Tengo muchas cosas buenas para decir. Fui bastante sola a Rosario, pero principalmente con Las Taradas. Lo primero que te puedo decir es que Santa Fe, y principalmente Rosario, tienen una agenda muy rica cultural, que por lo general es gratis para la gente y son buenos shows, entonces como artista me siento cómoda, porque sé que puedo brindarme para gente distinta. Me han invitado con muchísima generosidad de distintos lugares. Los lugares que son municipales son accesibles y los lugares que son centros culturales tienen movidas que son geniales también, muchas veces con un seguro para el artista, entonces apoyo masivamente ese tipo de circulación. Por otro lado Rosario cuenta con un colectivo de músicas autogestionado impresionante e increíble. La verdad que admiro muchísimo la organización y la labor de las pibas. Segundo tienen la costanera más linda (risas) de todas las ciudades del país y además tienen la Bajada España.

– Siempre es complicada la autoreferencia pero, ¿en qué momento de tu carrera te sentís?

– Me siento coordinada entre lo que siento que quiero dar y lo que siento que puedo dar. Entonces, siento que mis aspiraciones están calibradas con mis posibilidades. Me siento autovalorada, algo que aprendí finalmente de grande, pero agradezco haberlo logrado. Quizás, todo este tiempo me moví por una intuición muy grande sobre qué era lo que tenía que hacer, era tal vez mi deseo pero nunca conté con seguridad y autovaloración. Tengo una inseguridad muy grande y siempre pienso que quizás no esté a la altura de las circunstancias. Muchos artistas y muchas artistas quizás elegimos un estado de desnudez y approach hacia el público que es muy franco, muy bestial, muy literal, no es algo con grandes fundamentos de ningún tipo. Me gusta ese approach pero es como una hiperdesnudez. Es como salir desnuda y con un moñito.

«Polvo es un concepto enorme. el principio y el fin, la nada y el todo, lo vivo y lo muerto, lo que está en movimiento y lo que está estancado, la partícula de lo que vendrá y lo que quedó de lo que fue».

– ¿Por qué “Polvo? ¿Hay un concepto ahí? ¿Tiene una connotación sexual o se refiere a algo más primario, pensando desde la materia?

– No tiene que ver con una connotación sexual. Yo no uso la palabra polvo para referirme a un encuentro sexual. Polvo me parece una palabra espectacular. Me gustan las palabras cortas. Me gustan las palabras con O. Polvo es como casi otra manera de escribir Paula. Y la O me parece así como muy oral, orgásmica y bella. Me gusta esa letra, es un morfema redondo. Una letra muy linda. Polvo es un concepto enorme: el principio y el fin, la nada y el todo, lo vivo y lo muerto, lo que está en movimiento y lo que está estancado, la partícula de lo que vendrá y lo que quedó de lo que fue, es casi como un concepto filosófico parecido al Logos. ¿Dónde no hay polvo? ¿Qué no es polvo? Y de pronto valorizar eso que está desechado, eso que es basura. Me gusta mucho la estética de darle valor a la basura, me fascina mucho la alquimia de poder transformar malestar en una gran canción. Me parece increíble como de desechos se pueden lograr grandes hechos. Me fascina mucho esa capacidad de convertir lo roto en algo nuevo.

– ¿Cómo trabajas a la hora de componer? Se advierte cierta refinación, tanto en letras como musicalmente, ¿es un proceso separado?

– No sé qué imagen tiene quien lea la nota de cómo se arma una canción; tampoco sé qué idea tienen mis colegas de cómo se arma una canción; lo que sí te puedo decir que a la hora de armar una canción yo me sirvo de tres vertientes, tres hilos diferentes, trabajo con tres hebras distintas, pero lo que le da coherencia a mi obra, en general, es que yo vivo como una etnografía de mis propias visiones del mundo. El concepto de polvo del cual termino escribiendo, es el resultado de una experiencia de vida que me tomó años, que son cosas personales y son tontas y que no se agotan y no tienen hechos específicos, es una visión del mundo. Un disco, una obra, es una cosmogonía, estuve estos años pensando mucho en todo lo que se construye de lo pulverizado y como al fin y al cabo utilizo piezas de lo que ya había antes, no utilizo materiales nuevos. Lo esencial es reinventarse y encontrar en la misma materia una forma distinta. También tiene que ver que estas canciones son productos de una fiebre mental muy grande, de querer sacarme ideas de encima, otras son canciones que me susurró el cosmos al oído yéndome a dormir o dándome una ducha y después están esas canciones que armo mas en el ámbito de lo que es una compositora, me siento con una guitarra y con una composición entre los dedos y la punta de la lengua empiezo a seguir un poco lo que creo que quiero decir y ahí pico pala pico pala pico pala, hasta que la canción toma forma.

«Lo maravilloso de la metáfora es eso, es que yo tengo una experiencia, la convierto en símbolos y vos la descifras a tu manera.»

¿Cómo te llevas con la interpretación que “el Otro” hace de tus canciones? ¿Te gusta explicarlas o preferís que cada cual se haga “su historia”?

– La comunicación es de ambas partes: de quien emite y de quien recibe, y en ese sentido me parece maravilloso que la canción no sea un universo cerrado, al contrario, yo trato de explicar lo menos posible de mis canciones, porque me parece que es mucho más poderoso lo que pueda reverberar adentro tuyo. Lo maravilloso de la metáfora es eso, es que yo tengo una experiencia, la convierto en símbolos y vos la descifras a tu manera. Y sí, soltar una canción al mundo es también renunciar a ella y de eso mismo hablo en una canción de este disco que se llama Peces muertos, que dice “todo lo dicho puede y será usado en su contra o, lo que es peor, malinterpretado”. También hay que aprender a renunciar y a perder el control, que no es ser descontrolada perder el control, sino aceptar que el control lo agarran otras personas, eso es ser un ser social lamentablemente y eso es padecer de este virus que tenemos todes que es el lenguaje.

– Sos una “rockera”, aunque seguramente no en su acepción clásica… ¿Cómo ves “al ambiente” hoy por hoy?

– Yo me considero una rockera, una amante del rock y una buena referente del rock argentino. Yo no sé si el rock argentino me considera rock a mi. Posiblemente por el hecho de ser mujer, ello ya sea una desventaja, y posiblemente por no representar un rock canónico y posiblemente por no haber sido chupamedias de los astros del rock, yo no pueda jugar en las ligas de estos. Pero también es rock todo aquello que luchó contra el rock. Yo creo que hay una gran representatividad de mujeres en el rock que el rock no sabe aceptar todavía. Un establishment que excede a les musiques: por un lado público, artistas, por otro lado periodistas y por otro lado productores, es mucho más amplio. Este consorcio de hablar de 4 o 5 ídolos que son poetas indiscutidos; pero demostramos que nadie es intocable con los 22 de años que las denunciantes consiguieron para Cristian Aldana, donde nadie puede abusar de un status, por el contrario una persona que se ufane de un status tiene que ser alguien con una altura importante, porque es una responsabilidad muy grande tener ese acceso comunicacional.

«Yo creo que los Gardel le dieron un premio a una tremenda artista que casualmente es mujer y es lesbiana, es importante resaltarlo.»

– ¿Eso empezó a cambiar? ¿Que los premios Gardel hayan consagrado con el máximo galardón a una mujer (Marilina Bertoldi) tiene que ver con eso, o es solo envoltorio?

– Yo no creo que los Gardel le hayan dado el premio a una mujer. Yo creo que los Gardel le dieron un premio a una tremenda artista que casualmente es mujer y es lesbiana, es importante resaltarlo. Me parece que la apuesta que hizo Capif fue abrir la votación e incentivarla profundamente a votantes que estaban excluidos del padrón de votos, en su gran mayoría mujeres y disidencias. Por primera vez se convocó a votar a personas con injerencias distintas, entonces ya no vota Sony, no vota solamente el chongo hegemónico, todo el mundo vota, y por suerte se empezó a valorar la otra mitad de todo ese mundo, donde aparecen las mujeres y disidencias, que somos más que la otra mitad, pero pareciera que ese voto vale menos, entonces por primera vez se hizo representativo el voto, que premió a una excelente artista.

– ¿Estas cuestiones se entrometen en la obra, se filtran en el lenguaje artístico propio, o es algo que corre por otro carril?

– Esta buenísimo entender que somos agentes de esta historia y que no somos meros agentes de reproducción. Es como muy diferente a lo que pasa con el lenguaje, el lenguje se impone y no podemos eludirlo, pero por otro lado estamos todo el tiempo inventando palabras y argot. No creo que una persona pueda adueñarse del lenguaje. El lenguaje es una herramienta de inspiración hermosa, pero también es una herramienta de instrucción. Esta en nosotros y nostras utilizar esa herramienta de doble filo para las cosas buenas.