VIERNES, 22 DE NOV

Yesterday: una comedia romántica montada sobre la distopía cultural de un mundo sin Los Beatles

La historia presenta a Jack Ramil, un chico de pueblo que intenta triunfar en el mundo de la música, hasta que un misterioso accidente le provoca una impactante consecuencia: es la única persona en todo el mundo que recuerda a Los Beatles.

Con el atractivo juego de imaginar un mundo en el que, por una misteriosa razón, sólo una persona recuerda la existencia de Los Beatles y su impacto en la cultura mundial, el director británico Danny Boyle ofrece una efectiva comedia romántica con «Yesterday», la película que llega a las salas argentinas el jueves 12 de septiembre.

Más allá de tratarse de una comedia sin demasiadas pretensiones y de plantearse como una obvia fábula, se trata de un filme que permite diversas reflexiones acerca del negocio musical y de los contextos históricos y sociales en donde determinados artistas o movimientos culturales hacen su irrupción.

La historia, en donde se nota la mano maestra del director de películas como «Trainspotting» y «¿Quién quiere ser millonario?», y cuenta con el guión de Richard Curtis, famoso por «Cuatro bodas y un funeral» y «Realmente amor», entre otras, presenta a Jack Ramil, un típico chico de pueblo, interpretado por Himesh Patel, que intenta sin suerte, acaso por su escaso talento, triunfar en el mundo de la música.

Las pobres habilidades musicales de Jack quedan expuestas en el hecho de que, tanto sus padres como sus fieles amigos no aprecian su arte más allá de mostrarse condescendientes, excepto por la cándida Ellie, encarnada por una encantadora Lily James, quien oficia de mánager, impulsora y eterna enamorada.

La suerte de Jack cambiará una noche, luego de otra frustrante actuación en la que decide abandonar sus intentos, cuando es arrollado por un autobús, a raíz de un extraño apagón de doce segundos a nivel mundial.

Esta suerte de tardío efecto «Y2K» deja como saldo que la existencia de Los Beatles, entre otros icónicos productos, fue borrada de la faz de la Tierra, salvo para el joven Jack, quien aprovechará la situación para apropiarse del valioso material musical del famoso cuarteto de Liverpool.

A partir de eso, la vida del protagonista da un vuelco y se convierte en un fenómeno de masas, con miles de personas rendidas a los pies de su inconmensurable talento para escribir canciones.

Sin embargo, alcanzar sus sueños no le resulta algo gratuito a Jack, quien deberá lidiar con la culpa interna de saberse un verdadero fraude y con la pérdida de aquellas cosas sencillas que lo acompañaban hasta entonces, como su fiel grupo de amigos, sus padres, su pueblo y, sobre todo, su incondicional amiga, mánager y secreta enamorada.

En este contexto, el filme ofrece guiños musicales y recurrentes gags en torno a aquellas cosas de las que curiosamente no quedan rastros de su existencia, que pueden ser tomados como simples chistes efectivos y de ingeniosa resolución o pueden disparar reflexiones más profundas.

Este cocktail se alimenta con la aparición de famosos que hacen de sí mismos y aceptan bromas en torno suyo, como el caso de Ed Sheeran y James Corden; y personajes que gracias a su construcción grotesca exponen miserias y contrastes, entre las que destacan la mánager top interpretada genialmente por Kate McKinnon; Rocky, el poco eficiente pero querible y fiel ladero de Jack, o los padres del protagonista.

También resulta un chiste de apariencia liviana pero que llama a la reflexión sobre los contextos históricos el rechazo de los capos de la industria a llamar al disco de Jack «Sargent Pepper´s Lonely Hearts Club Band», «Abbey Road» o «The White Álbum», tal como él lo proponía, por considerarlos inadecuados; o la propuesta de Ed Sheeran de cambiar el «Hey Jude» por «Hey Dude»

Otro guiño musical divertido aparece a partir del esfuerzo del protagonista por recordar la totalidad de algunas letras del famoso conjunto, ante la inexistencia de archivos, para lo cual debe aferrarse a cualquier frase fortuita que escucha y sirve de disparador para la reconstrucción.

La tensión interna en Jack crecerá a la par de su éxito, tanto por el temor a que se descubra su fraude como por el alejamiento de las personas queridas, fundamentalmente, la tierna Ellie.

La solución al conflicto llegará justamente del lado que a Jack le provocaba mayor temor y dejará como conclusión, a diferencia de muchas comedias románticas tradicionales, que las cosas no siempre operan en una dirección unívoca: un inocente engaño puede hacer feliz a algunas personas y un mundo sin Los Beatles puede salvar una vida valiosa, en este caso, una muy especial interpretada por Robert Carlyle, quien le dará al protagonista las respuestas que necesita para salir de ese embrollo.

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