Como algo sacado de una de las peores películas de James Bond, la Unión Soviética desarrolló un mecanismo para acabar con el mundo que lanzaría todas sus armas nucleares sin ninguna orden de un ser humano real.
En el documento firmado por Biden y el primer ministro israelí, Yair Lapid, en Jerusalén, los dos países «reafirman su vínculo inquebrantable» y Estados Unidos expresa su «compromiso duradero con la seguridad de Israel».
Las tensiones tras la amenaza de Irán de retomar su programa nuclear, evidencian cómo estas armas continúan siendo el privilegio de unos pocos.
«Cualquier ataque contra Estados Unidos o contra nuestros aliados va a ser derrotado», dijo en una conferencia de prensa el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis.
