La famosa cantina rosarina sufrió dos robos en dos noches, registrando pérdidas que rondan los cinco millones de pesos. Su dueño, Luis Demartini, denunció que los fines de semana a la madrugada la zona es “tierra de nadie” y no hay presencia policial.
Los procedimientos a cargo de agentes de Control y de efectivos policiales se desarrollaron en distintos puntos de la zona noroeste de la ciudad. Se halló material de dudosa procedencia y sin poder justificar.
Los embajadores de Canadá y de la República del Perú, expusieron sobre el desarrollo de la minería y perspectivas de inversión en el país.
El procedimiento fue realizado en la zona norte, como resultado de la intervención se secuestraron más de 1.000 kilos de este material y 1.500 de cables subterráneos, y el titular quedó detenido.
Funcionarios provinciales informaron sobre los resultados de controles e inspecciones en chatarrerías y desarmaderos, que tienen como objetivo prevenir la sustracción de automotores, autopartes y elementos no ferrosos.
