El Mundo ha perdido su Norte
«A partir de ahora no deberá ser más la economía quien guíe los destinos de los Pueblos, sino un sistema político superador. ¿Sus cimientos? Una filosofía de vida y unos valores éticos no meramente formales, como aquellos del contrato comercial y legal que sólo se respeta por miedo al castigo. ¿Sus constructores? La voluntad e impulso de la comunidad organizada de sus propios miembros».