Nació en Buenos Aires y murió en Chile, pero sus restos fueron repatriados y depositados en el Convento de las Catalinas de la ciudad de Buenos Aires. El cura Julián Navarro tuvo un importante accionar en la guerra independentista y el altísimo honor de bendecir la Bandera que su amigo Belgrano nos legó, convirtiéndonos en su Cuna, aquel 27 de Febrero de 1812 sobre la alta barranca de las ceibas
Si hay algo que en su momento revolucionó la manera de comunicarnos de los rosarinos, fue sin dudas la televisión. Con altísimas antenas que había que calibrar subidos al techo de cada casa, al principio sólo se recibían tenuemente imágenes de los canales de Buenos Aires, hasta que el presidente Arturo Umberto Illia, concedió habilitaciones para la instalación del 5 y el 3.
Por derecho “irrevocable” y “desde oy (sic) en adelante para siempre”, el capitán Santiago Montenegro se apartó del derecho de propiedad, señorío y posesión de una lonja con forma de trapecio y donó, en testamento de puño y letra, las tierras donde se erigiría la iglesia para la devoción de Nuestra Señora del Rosario, el 12 de noviembre de 1757.
Un «Rosario» de emociones vivió la EEMPA N° 1165 «José Hernández» en sus Bodas de Oro con la educación, la tradición y la cultura. Todos los sentidos dijeron «presente» y se vivió una verdadera fiesta en el ámbito de la Escuela N° 54 «Manuel Belgrano» que la contiene, al igual que al promisorio Jardín de Infantes N° 227 «Cuna de la Bandera».
Francisco de Frías vivió sólo 48 años. Sin embargo, cinco veces el Cabildo de Santa Fe le entregó la vara de Alcalde de la Santa Hermandad. La primera en 1725 cuando llegó junto a sus padres Juan de Frías y Ana Sánchez de Aguilar huyendo de la belicosidad de algunas tribus indígenas desde la costa del Salado Grande, y las otras cuatro en 1736, 1742, 1745 y 1748.
