De ser promulgada esta ley, éste se convertiría en el Estado estadounidense más densamente poblado y más grande en adoptar una política de estas características, pero no el único.
Greg Abbott y Tate Reeves, ambos republicanos, justificaron la medida al hacer alusión a que las oportunidades laborales decrecieron y que los pequeños empresarios tienen dificultades en pagar sus facturas, como así también que los contagios decrecieron y la vacunación avanza rápido.
Con estas afirmaciones el gobernador Abbott respondió a algunos de los líderes demócratas de toda la nación que han declarado que no cumplirán con ninguna ley que restrinja la inmigración ilegal, como Nueva York, Los Ángeles o Chicago, en donde no se hostiga a inmigrantes irregulares.
