El blanco de la embestida fue el jefe de la Unidad de Misiles de Hezbollah y tuvo lugar después de que el jefe militar israelí, Herzi Halevi, jurara horas antes que se intensificaran los ataques aéreos contra Líbano.
Según medios israelíes con acceso al Gabinete de Guerra de ese país, el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi indicó que tienen que llegar “urgentemente” a negociar el intercambio. Advierten que aún así, va a ser “lento y gradual”.
El primer ministro todavía no dijo públicamente que asumirá la culpa; el 69 % de los votantes del Likud cree que debería; Yesh Atid MK critica al líder Lapid, dice que el partido necesita unirse al Gobierno de emergencia.
Fueron los últimos y de más alto perfil en una lista creciente de unidades de las Fuerzas de Defensa de Israel, incluidas algunas de las más elitistas, que no se presentaron a sus entrenamientos por oponerse a los planes del Gobierno que, argumentan, socavarán la democracia y dañarán la economía y seguridad.
