Por tercer día consecutivo, las persianas de los cuatro locales permanecen cerradas sin que la empresa de ningún tipo de explicaciones a los trabajadores. El gremio apunta a maniobras empresariales para pedir subsidios al Gobierno poniendo de rehenes a los trabajadores.
Hoy a las 6 de la mañana se les impidió el ingreso a los trabajadores que debían entrar a trabajar alegando “condiciones inseguras de trabajo”. Son alrededor de 400 empleados afectados.
Se trata del taller ubicado en el barrio de Pompeya, los obreros afirman que «se trata evidentemente de una maniobra que busca quebrar la organización (sindical) para imponer el ajuste al amparo de la política oficial».
