Según el gobernador de la provincia donde está emplazada la ciudad, Sergii Gaidai, la situación es “muy difícil”. El presidente Volodimir Zelenski dijo que están haciendo “todo lo posible” para evitar la caída de la ciudad.
La canciller británica, Liz Truss dijo que Putin utiliza como arma el hambre y la escasez de alimentos en el mundo provocada por la invasión a Ucrania lanzada en febrero pasado. Desde el Kremlin rechazaron las acusaciones y que los bloqueos respondían a sanciones “ilegales” contra Rusia.
El vocero del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov, dijo que el Ejército terminó de remover las minas del lugar. Según las autoridades ucranianas, la ciudad portuaria antes tenía 450 mil habitantes y hoy solo quedan 100 mil.
El Ministerio de Defensa de Rusia indicó en su informe diario del conflicto con Ucrania que “en las últimas 24 horas, 771 combatientes del regimiento nacionalista de Azov se rindieron”. Ucrania manifestó que buscará un intercambio de prisioneros.
La toma de la ciudad enclavada en las costas del mar de Azov es crucial para la avanzada de Moscú sobre la región del Donbass, que es el corazón industrial ucraniano. Un comandante ucraniano dijo que viven “los últimos días, sino horas”, en la fábrica donde está resguardado.
