La movilización fue en la capital del país y sus organizadores afirman que dichas antenas son perjudiciales para la salud y exponen a la población a una «radiación forzada».
Fue organizada por distintos colectivos y se desarrolló entre las localidades fronterizas de Hendaya (Francia) e Irún (España), próximas a Biarritz.
Al caer la noche, la Policía ordenó a los manifestantes desmovilizarse pero como algunos se negaron, las fuerzas de seguridad comenzaron a lanzar gases lacrimógenos.
En el marco del «Paro Internacional Feminista, 8M» diferentes colectivos de mujeres tomaron las calles. En una jornada donde los pañuelos marcan la lucha de años.
La protesta fue organizada por el movimiento Marcha Verde, que desde 2017 -tras el escándalo de los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht-, ha reclamado el fin de la corrupción y la impunidad.
