El embajador francés en Níger, Sylvain Itte, abandonó el país africano en septiembre, a petición de la junta militar nigerina tras el golpe de Estado de julio. La presencia militar gala tiene prevista finalizar a finales de año.
Las declaraciones de Josep Borrell se producen un día después de que un grupo de militares diera un golpe de Estado y arrestara al presidente Ali Bongo, cuya reelección, tras 14 años en el poder, acababan de proclamar las autoridades electorales en medio de sospechas de fraude.
Esto se produce después de que la junta golpista acusara a París de querer intervenir en el país utilizando como vehículo a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, cuyo objetivo es restablecer el orden constitucional.
El Consejo de Paz y Seguridad de la organización continental reafirmó «su plena solidaridad con los esfuerzos de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental » para «restablecer el orden constitucional por medios diplomáticos”.
Se trata del ataque más mortífero en el país africano que desde hace varios años confronta la violencia de grupos yihadistas, desde el golpe de Estado del 26 de julio contra el presidente Mohamed Bazoum.
