Estatales del Senasa paran 24 horas en la filial Ezeiza, en demanda de una compensación salarial
El gremio rechazó "la ausencia de reconocimiento y de pago de los servicios prestados por fuera del horario oficial reglamentario y de la jornada laboral convencional".
La filial Ezeiza-Esteban Echeverría-San Vicente de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) del Senasa dispuso un «paro activo» de 24 horas para el próximo martes en los sectores de cargas comerciales y control de equipajes del aeropuerto internacional de Ezeiza en reclamo del reintegro de «la quita de la compensación salarial» al personal.
Los trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de esa estación aérea realizan tareas de atención y control de pasajeros y equipajes y fiscalizan el ingreso de alimentos y productos de origen animal y vegetal desde el exterior.
El gremio rechazó «la ausencia de reconocimiento y de pago de los servicios prestados por fuera del horario oficial reglamentario y de la jornada laboral convencional».
Jorge Ravetti, titular de esa seccional estatal, explicó que la normativa nacional vigente dispone un control permanente de pasajeros, equipajes, cargas y residuos que ingresen al país para proteger «el status fitozoosanitario ante las plagas y enfermedades».
«Las tareas se realizan durante las 24 horas durante todo el año. La medida de fuerza del 16 de julio sucederá a la aplicada el 20 de mayo último y afectará el control, certificación y autorización de exportaciones e importaciones de animales vivos, carnes y pescados enfriados, material reproductivo y biológico, entre otros», puntualizó un documento.
Ravetti aseguró que los controles fitozoosanitarios en Ezeiza «son frágiles y vulnerables porque el sistema es anacrónico», y sostuvo que en la terminal es «ineludible» la presencia de los trabajadores del Senasa para el control y fiscalización, al igual que con «los residuos de la planta Draconis y los caterings de las firmas Gate Gourmet y Sky Chefs».
«Hay graves enfermedades y plagas de origen animal y vegetal en varias regiones y países –peste porcina africana en Asia y África, fiebre aftosa en Latinoamérica, encefalopatía espongiforme bovina o vaca loca en Brasil, entre otras– que amenazan el estado sanitario de Argentina, la salud de su población y la producción», afirmó Ravetti.