General Motors reabrió su planta de Alvear con suspensiones rotativas
Los trabajadores que se encuentren en esa condición cobrarán el 70 por ciento de sus salarios habituales. Mientras tanto, en Estados Unidos, General Motors se enfrenta a una huelga nacional en su contra.
- Gremiales
- Sep 16, 2019
La planta de General Motors en Alvear retomó este lunes sus actividades luego de un «parate técnico» que duró dos semanas. A partir de hoy y hasta febrero de 2020 funcionará con 355 suspensiones rotativas.
«El acuerdo es para que no haya despidos. La producción bajó a 18 autos por hora. La caída de ventas alcanza el 50%. Tienen más de 20 mil autos en la playa. La situación es muy difícil», apuntó Marcelo Barros, secretario general de Smata Rosario.
«No ponen en riesgo -continuó el dirigente- el plan de inversión que la compañía viene ejecutando y que tiene como objetivo la producción de un vehículo de alto valor agregado durante 2021».
Los trabajadores que se encuentren sufriendo una de las suspensiones rotativas que está ejecutando la firma cobrarán un 70 por ciento de sus salarios habituales, según el plan que consensuaron la empresa y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina.
Huelga en todo Estados Unidos
Más de 49.000 miembros del sindicato United Auto Workers de Estados Unidos salieron de las fábricas de General Motors o llevaron adelante piquetes, tras la convocatoria de huelga por el fracaso de las negociaciones contractuales.
Según informó el Ámbito Financiero, los trabajadores cerraron 33 plantas de manufactura en nueve estados del territorio estadounidense, así como 22 almacenes de distribución de piezas.
La compañía se escudó ante la opinión pública argumentando que realizó ofertas considerables para resolver el conflicto, como aumentos de salarios e inversiones en fábricas. Por su parte, el sindicato aseguró que GM apenas cedió en los meses de negociaciones.
Esta es la primera huelga nacional del sindicato desde los paros de dos días en 2007, que tuvieron escaso impacto en la compañía.
Unidad y masividad
En una gran planta en la frontera entre Detroit y la pequeña población de Hamtramck, los trabajadores de GM se sumaron el domingo por la noche a los conserjes contratados por Aramark que ya estaban en los piquetes.
La trabajadora Patty Thomas, en dialogo con la prensa local, dijo que no se la había citado al piquete, pero había ido para apoyar a sus colegas en la planta automotriz, que GM quiere cerrar. Thomas además contó que oyó que la empresa podría mantener la fábrica abierta y empezar a construir camionetas descubiertas eléctricas allí, pero se mostró escéptica. “¿Qué se van a llevar?”, preguntó. “Ese es el gran problema”.
La trabajadora señaló que los empleados habían renunciado a subas salariales que habrían mantenido su nivel adquisitivo para ayudar a GM durante su proceso de bancarrota, y que ahora que la compañía tiene beneficios, los trabajadores quieren recuperar parte de ese dinero perdido.
Los trabajadores del turno nocturno de una fábrica de piezas de aluminio en Bedford, Indiana, apagaron sus máquinas y salieron del recinto, relató Dave Green, un empleado que recibió un traslado desde la ahora cerrada fábrica de autos pequeños de GM en Lordstown, Ohio.
Green, que fue presidente de sindicato local, dijo estar de acuerdo con la huelga por salarios, cierre de fábricas y otros motivos. “Si no peleamos ahora, ¿cuándo vamos a pelear?”, preguntó. “Esto no trata sobre nosotros. Es sobre el futuro”.
El principal negociador del sindicato es el vicepresidente de UAW, Terry Dittes, quien expresó que la huelga era el último recurso, pero se volvió imprescindible debido a la distancia que existe entre las dos posturas actuales de las partes que integran el conflicto para cerrar un nuevo convenio de cuatro años. El sindicato, dijo el sábado, no se toma una huelga a la ligera.
“Comprendemos claramente las penurias que puede causar”, explicó Dittes, al mismo tiempo que enfatizó en que están «defendiendo los salarios justos». «Estamos defendiendo una atención sanitaria asequible de calidad, estamos pidiendo nuestra parte de los beneficios”, manifestó.
Por su lado, GM afirmó haber ofrecido subas salariales y 7.000 millones de inversiones en fábricas en Estados Unidos, lo que incluiría crear 5.400 nuevos empleos, de los que una pequeña parte se cubrirían con empleados de la firma. La firma también dijo haber ofrecido un reparto más amplio de los beneficios, coberturas sanitarias “líderes en el país” y un pago puntual de 8.000 dólares a todos los trabajadores.
Resulta difícil especificar cuánto durará la huelga, debido a que las declaraciones públicas de ambos sectores en pugna se contradicen, indicó la vicepresidenta de Empleo e Industria, Kristin Dziczek, en el Center for Automotive Research, un grupo de estudios del sector automotriz. La duración “depende de lo alejados que estén alejados y de dónde se hayan puesto los límites”, concluyó.