MARTES, 17 DE DIC

Marítimos Rechazan la reforma a la Ley de Cabotaje que propone el Gobierno nacional

Uno de los puntos más polémicos del proyecto permite que los trabajos locales sean realizados por el personal y por las tripulaciones de barcos con banderas de de países extranjeros.

 

Desde el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo rechazaron la reforma de la Ley de Cabotaje impulsada por el Gobierno de Javier Milei a través del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger.

En tal sentido, el secretario general del gremio marítimo, Mariano Moreno, afirmó que “el Gobierno nacional es consciente de que no resolverá el problema, solo va a desviar el trabajo a manos extranjeras y a entregar soberanía”.

Sturzenegger anunció en un medio radial que pronto se publicará el decreto para desregular la navegación, modificando la Ley de Cabotaje nacional y en ese contexto, el funcionario declaró que “el cabotaje en Argentina tiene costos altísimos” y que “no existe una Marina Mercante”.

Uno de los puntos más polémicos del proyecto de la nueva Ley de Cabotaje permite que los trabajos locales sean realizados por personal de barcos con banderas extranjeras, utilizando tripulación y mano de obra de otros países.

Así, se suprimirá la flota fluvial y marítima nacional que opera bajo bandera argentina.

Ante estas declaraciones, el capitán Moreno calificó al funcionario de “incompetente, malintencionado y mentiroso”.

Según Moreno, “la Marina Mercante recibió una dura puñalada en los años 90 con el decreto 1772/91, donde nada creció, excepto la pauperización y pérdida de fuentes laborales”.

En ese entonces con estos mismos ‘beneficios’ que otorga este proyecto lo único que creció fue la pobreza y la destrucción de gran parte de la flota existente en ese momento. Hoy, de la mano de Sturzenegger, recibirá la puñalada final que erradique por completo la flota nacional”, sostuvo el dirigente gremial.

El decreto 1772/91 permitió que los armadores argentinos, es decir, los propietarios de los barcos, registraran sus embarcaciones bajo las normas de países con regímenes laborales más laxos, como Liberia y Panamá. Esto les permitía pagar salarios más bajos, evitar contribuciones a la seguridad social e impuestos locales.

Al respecto, Moreno denunció que “el ministro miente descaradamente cuando dice que esto trae una solución al problema de los costos, porque el problema real es de logística e impuestos, como el de Ganancias y cargas burocráticas y administrativas, además de la falta de muelles de cabotaje en la mayoría de los puertos”.

Más adelante, también refutó las declaraciones de Sturzenegger al asegurar que “sí existen movimientos entre Tierra del Fuego y Buenos Aires, que no desinforme a la población”.

El capitán contó que “el buque Argentino II realiza este viaje y enfrenta las deficiencias de un sistema que lo atrasa en su operatoria normal como a aquellos buques y remolcadores de empuje fluviales que hacen y han hecho el flete de contenedores en aguas del Río Paraná por falta de un muelle de cabotaje que permita la carga y descarga sin tener que mover el buque a distintas dársenas o radas. Esto, además, lo obliga a repetir los trámites aduaneros, uso de remolcadores, servicios de amarre y practicaje en cada movimiento”.

Ahora yo le pregunto a Sturzenegger, ¿cómo piensa que un buque extranjero mejore la prestación si el problema no son los costos, sino la falta de una matriz de transporte nacional que ordene la Marina Mercante y los distintos sistemas de transporte?”, cuestionó el dirigente marítimo.

Moreno también puso el foco “en los negocios y negociados” que estarían detrás de esta embestida contra el pabellón nacional en el ámbito fluvial.

Desde que asumió el Gobierno, el ministro Sturzenegger se dedicó a desmembrar el sistema de derechos laborales argentino, el desarrollo del trabajo con mano de obra local y todo proyecto productivo, entre ellos la Marina Mercante” y advirtió que “o es con trabajadores argentinos o no será nada».

 

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