Autocuidado de la salud: ¿cómo contribuir para mejorar la calidad de vida?

El Día Internacional del Autocuidado se conmemora el 24 de julio, una fecha que marca la importancia de estar atento a la propia salud y cuidarse las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

 

El autocuidado es una práctica estimulada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que refiere a una actitud activa y responsable con respecto a la calidad de vida. El concepto se definió por primera vez en 1983, y se instauró en 2011, aunque se conoce desde hace mucho tiempo con otros nombres.

Por otra parte, la OMS define también al autocuidado como «la capacidad de las personas, familias y comunidades para promover y mantener la salud, prevenir enfermedades y hacer frente a enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un trabajador de la salud».

Para la OMS, «a través del autocuidado -como complemento del sistema de salud- se puede avanzar en el derecho a la salud y en la reducción de las desigualdades». Asimismo, define que las intervenciones de autocuidado ofrecen una estrategia para mejorar la cobertura sanitaria universal, llegar a las personas en situaciones humanitarias y mejorar la salud y el bienestar.

En paralelo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) resalta que los sistemas de salud deben adaptarse y evolucionar para satisfacer las necesidades de salud diferenciadas de la población, especialmente de las personas en situación de vulnerabilidad. Además, destaca que, desde la pandemia por COVID- 19, se ha hecho más evidente la importancia de dar una respuesta coordinada a nivel mundial para hacer frente a la atención de la salud y de las enfermedades no transmisibles.

Autocuidado

El concepto de autocuidado incluye medidas preventivas como, entre otras, mantener buena higiene corporal y dental, comer de manera saludable, realizar actividad física de acuerdo a la edad, contextura física y posibilidades de cada individuo, dormir la cantidad de horas necesarias, una alimentación equilibrada, no fumar y cuidar la salud mental.

También se considera conductas directas sobre el control de la salud, como visitar en forma periódica al médico, hacerse los estudios que éste indique y la toma de decisiones para el manejo de malestares pasajeros que, en algunos casos, pueden ser autogestionados a través de medicamentos de venta libre.

Desde la Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre (CAPEMVeL), afirmaron que, ante la presencia de malestares menores, reconocidos por el individuo, y durante el tiempo indicado en cada prospecto, el uso de medicamentos de venta libre puede contribuir al bienestar de la persona y a descomprimir también al sistema de salud.

Tips para mejorar la calidad de vida

  • Mantener horarios y hábitos regulares (comida y sueño).
  • Ejercicio moderado diario (caminar, pasear, etc.).
  • No consumir bebidas alcohólicas mientras se toma medicación antidepresiva.
  • Evitar excitantes (cafeína, té, cola, etc.).
  • Evitar situaciones estresantes.
  • Cumplir rigurosamente el tratamiento.
  • Consultar con el médico cualquier duda que se plantee a lo largo del tratamiento: efectos secundarios, cese de la toma de medicación, etc.
  • No tomar decisiones trascendentes en los momentos de mayor gravedad clínica.
  • Solicitar ayuda a la familia, amigos y a los profesionales sanitarios ante una situación crítica.

En cuanto a la familia

Para la familia puede resultar difícil comprender que lo que le ocurre a su ser querido es una enfermedad y que es la causante de su incapacidad para disfrutar de actividades que antes le resultaban placenteras y ahora le resultan desagradables.

Los siguientes consejos pueden ayudarles a hacer más fácil la recuperación de su familiar.

  • Desdramatizar y hablar de la enfermedad con normalidad.
  • Evitar estigmatizar y culpabilizarse con actitudes de reprobación.
  • No forzar al desarrollo de actividades de ocio (vacaciones, etc.) como solución al trastorno.
  • Mostrar paciencia y comprensión, saber escuchar.
  • No insistir en que realice actividades que antes le causaban agrado hasta que el paciente, por su mejoría, se sienta capaz.
  • Colaborar con las indicaciones marcadas por el médico o cualquier otro profesional que implican al entorno familiar o más cercano del paciente

 

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