JUEVES, 21 DE NOV

Balnearios adaptados a protocolos sanitarios y precios especiales por semana, quincena y mes

Los balnearios de la costa atlántica corren a contrareloj para tener todo listo para abrir sus puertas el primero de diciembre, día en que los turistas de todo el país podrán ingresar a las distintas ciudades según resolvieron los municipios y el gobierno de la provincia de Buenos Aires.

Los balnearios de la Costa Atlántica corren a contrareloj para tener todo listo para abrir sus puertas el primero de diciembre, día en que los turistas de todo el país podrán ingresar a las distintas ciudades según resolvieron los municipios y el gobierno de la provincia de Buenos Aires.

Mar del Plata, la ciudad más grandes de las balnearias, tiene diverso tipo de playas y por ende diferentes tipo de precios.

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Los balnearios más caros son los de Playa Grande y los de las playas del sur de la ciudad, donde una carpa el mes de enero saldrá 100 mil pesos mientras que ofrecen la quincena a 54 mil.

En Punta Mogotes se podrán conseguir los mejores precios para el verano, con balnearios que tomaron la decisión de cobrar por personas para ingresar a la carpa pero con una base mínima de cuatro.

El promedio de las carpas en Punta Mogotes para seis personas en enero es de 110 mil pesos toda la temporada, 70 mil el mes de enero, con las quincenas rondando los 37 mil.

Además, hay precios por 10 días (27 mil pesos) y también por semana (20 mil pesos), manteniendo casi los mismos precios del año pasado.

«El precio de las carpas es casi un 50 por ciento menos del año pasado para todos los que reserven antes del 31 de diciembre con el plan del Gobierno de la devolución de la mitad. Es una ayuda importante la que hace el Estado», comentaron desde la Cámara de Balnearios de Punta Mogotes.

En Mar del Plata aseguran que el plan «PreViaje» también logró que muchos balnearios que vendían sus servicios en negro ahora estén obligados a hacerlo en blanco, porque las facturas son necesarias para la devolución del 50 por ciento de lo gastado.

También los balnearios se están adaptando a las protocolos sanitarios, porque les deberán brindar una alternativa a los clientes que no podrán usar, por ejemplo, las duchas de los vestuarios.

«Lo único de las cuestiones físicas que no va haber es duchas en los vestuarios, pero nosotros adaptamos seis duchas en la zona de piletas con el agua mezclada para que la gente pueda pasar sacarse al menos la arena y la salitre antes de irse», contó el dueño del Balneario 12 de Punta Mogotes, Augusto Digiovanni.

La pregunta es cómo se controlará el distancimiento social dentro de los balnerarios y como será el acceso al mar.

«Va a haber mucho control en las zonas comunes, después en las carpas ahí el distanciamiento ya es el natural del armado, la gente está bien separada», explicó Digiovanni.

Uno de los temas que preocupa pero que excede a los balnearios es el tema de la gente en la orilla del mar porque ahí dependerá exclusivamente de que la gente respete el distanciamiento porque el «control estatal» es imposible debido a la extensión de las playas.

Si bien los vestuarios de los balnearios no podrán utilizarse para bañarse, la gente los podrá usar para cambiarse pero los mismos deberán estar a un 50 por ciento de su capacidad.

Las carpas no podrán tener más de seis personas mientras que las sombrillas el máximo será de cuatro.

En cuanto a los restaurantes de los balnearios, los mismos tendrán los mismos protocolos que los locales gastronómicos en general y los que sean cubiertos podrán trabajar dentro a la mitad de su capacidad.

Además, como ocurrirá en los hoteles y lugares cerrados, estará prohibido el uso de aires acondicionados.

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