Dibujo de la molécula de ARN del virus del Zika que participa en el mecanismo para frenar la respuesta antiviral de las células humanas. (Obra de O. Ortiz y A. Gamarnik – Proyecto Artes Visuales en Ciencia).

Los científicos del Conicet hicieron un nuevo y revolucionario descubrimiento, que puede modificar el tipo de tratamiento para el virus Zika. Es que el equipo liderado por Andrea Gamarnik logró develar el mecanismo del virus, que utiliza el sistema de defensas humano para avanzar con la infección.

Al retomar los trabajos que habían quedado en pausa por la pandemia, los científicos estudiaron el mecanismo por el cual el genoma del virus del Zika produce ciertas moléculas pequeñas de ARN durante la infección y que, habían descubierto pocos años antes, son fundamentales tanto para la multiplicación del virus como para evadir el sistema inmune. Faltaba entender el cómo, conocimiento fundamental para el desarrollo de futuras vacunas o tratamientos antivirales. Ahora, publicaron la respuesta en la revista Nucleic Acid Research.

Cuando una persona contrae un virus como el de dengue o Zika, a través de la picadura de un mosquito infectado, el virus pasa al torrente sanguíneo y debe entrar a una célula para multiplicarse. En ese momento, la célula responde de inmediato activando un sistema de alarma por medio de la producción de una proteína llamada interferón, que a su vez desencadena la fabricación de otras proteínas que apuntan a destruir al invasor. Se establece así un campo de batalla, donde la célula ataca al virus mientras éste despliega su capacidad para desactivar las alertas, camuflarse y pasar desapercibido.

Si la célula logra controlar al virus, lo elimina y pone fin a la infección. Pero si el virus domina la situación y logra multiplicarse, pasará a otras células y puede causar síntomas y enfermedad.

Para saber cómo hacen los sfARNs para que la proteína PKR funcione en favor del virus, se necesitaba usar una metodología compleja y equipamiento que no estaba disponible en el país. Así, Pallarés viajó unos meses a Estados Unidos, donde pudo realizar el estudio en colaboración con Ariel Bazzini, investigador argentino que realizó su tesis doctoral en el INTA con una beca del CONICET y ahora dirige un laboratorio en el Instituto Stowers de Kansas.

Horacio M. Pallarés, primer autor del trabajo.

“Esto nos permitió estudiar qué le pasaba a todos los ARNs de la célula humana cuando se infectan con un virus que producía o no los sfARNs. Tras analizar millones de moléculas de ARN celular en esas dos condiciones de infección encontramos que el virus del Zika, por medio de la activación de PKR, bloquea la maquinaria de fabricación de proteínas como el interferón, liberándose así de los sistemas de alarma que tiene la célula cuando se infecta con un virus”, explica Gamarnik.

Con los datos recolectados y la validación de esas observaciones, los investigadores pudieron descubrir el mecanismo del virus del Zika para infectar eficientemente a las células humanas, información que es de gran utilidad para pensar en estrategias antivirales.

“Lo interesante es que como el virus del Zika pertenece a la misma familia de otros virus transmitidos por mosquitos, llamada flavivirus, creemos que este mecanismo que descubrimos puede ser extrapolable, entre otros, a los que causan dengue y fiebre amarilla”, agrega.

Para Pallarés, este trabajo significa la culminación de su trabajo doctoral, que inició en 2016, cuando irrumpió la epidemia de Zika y no se sabía nada de la biología del virus. “La publicación resume y finaliza toda la investigación que hice en esos años, así que estoy extremadamente feliz por eso y porque además se centra en el estudio de enfermedades tropicales, de transmisión por mosquitos, que tienen un gran impacto en América latina”, destaca.

Dentro del grupo de los flavivirus, uno 50 pueden causar enfermedad en los seres humanos. Por eso, en el laboratorio de Gamarnik comenzaron un nuevo proyecto que busca identificar qué tienen en común. La meta es ambiciosa: desarrollar antivirales universales, que funcionen para todos esos virus.

Por parte de la Fundación Instituto Leloir también participaron del artículo en Nucleic Acid Research María Mora González López Ledesma, Santiago Oviedo-Rouco, Guadalupe Costa Navarro, Ana J. Fernández-Álvarez y María Josefina D’Andreiz. El resto de los autores son: Luciana A. Castellano y Víctor Daniel Aldas-Bulos, del Stowers Institute for Medical Research, Kansas, Estados Unidos; y Diego E. Álvarez, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín.